Necoclí es un paso obligado para miles de migrantes que buscan llegar a Estados Unidos o Canadá. Haitianos, cubanos, venezolanos y africanos se embarcan en este viaje.
La presencia de alrededor de 10.000 migrantes en el municipio colombiano de Necoclí, en la región del Urabá en Antioquia, ha generado una grave crisis sanitaria, pues no hay suficiente capacidad de que se transporten hacia Capurganá, Chocó, y de ahí cruzar a Panamá para luego buscar llegar a Estados Unidos o Canadá.
Medios locales informan que los hoteles están al tope, se han incrementado los costos de los alimentos y preocupa el incumplimiento de los protocolos de bioseguridad, pues se han generado aglomeraciones de inmigrantes, sin distanciamiento ni tapabocas.
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La situación se agrava además porque cobran hasta tres veces a los extranjeros por los medios de transporte que necesitan para seguir su camino.
Jorge Augusto Tobón Castro, alcalde de Necoclí, declaró calamidad pública en el municipio, pues señalo que este está viviendo “la peor crisis de la historia”.
“Hoy no tenemos una sola habitación. No hay alimentos y las cosas se están pagando en dólares. Estamos pidiendo al Gobierno Nacional para que ponga un puesto de migración permanente y se asignen recursos para atender este problema”, dijo Tobón.
La Defensoría del Pueblo solicitó el martes, según un comunicado, que las entidades pongan en funcionamiento “planes de contingencia ante el posible colapso por el represamiento de migrantes que transitan por la ruta del tapón del Darién, quienes llegan al municipio de Necoclí con proyección de salida hacia Panamá”.
Según la entidad, durante todo el año han transitado unas 33.000 personas provenientes de Haití, Cuba, Chile, Senegal, Ghana, entre otros países por este corredor.
“Hoy se reporta el represamiento, durante 10 días, de la salida de lanchas desde Necoclí debido a factores climáticos, lo que ha hecho que muchos migrantes se queden allí”, agregó la defensoría el martes.
El Director General de Migración Colombia informó la semana pasada que se había desplazado un grupo de oficiales a la zona para revisar la situación.
Negó que en el municipio permanezcan cerca de 10.000 migrantes irregulares y que si bien, diariamente llegan a la región un poco más de 600 ciudadanos extranjeros, los mismos abandonan el país al día siguiente, continuando con su tránsito.
Espinosa indicó que en los últimos días se reunió con autoridades panameñas, así como con la Vicepresidenta y Canciller, Martha Lucía Ramírez, con el fin de buscar nuevas estrategias que permitan mitigar este fenómeno.
Unos 600 migrantes de diferentes nacionalidades cruzan diariamente Golfo de Urabá, una travesía de cerca de 2 horas en mar abierto, para llegar a la selva del Darién, en su camino a Estados Unidos. Algunos deben esperan en las playas de Necoclí, Colombia, hasta reunir el dinero para el trayecto en lancha, que cuesta 50 dólares por persona.