La aerolínea de bajo costo Viva Air, que estaba desde el primero de junio en proceso de reorganización empresarial luego de declararse en quiebra en febrero, entrará a un proceso de liquidación judicial, según informó Supersociedades.
La entidad regulatoria explicó que, mediante la Asamblea de Accionistas celebrada el 26 de mayo, se estableció finalmente que la aerolínea no cuenta con las capacidades financieras y operacionales para continuar funcionando. Actualmente, Viva tiene un pasivo de más de $1 billón y sus acreedores son los tradicionales, que serían los prestadores de servicios que ellos recibían, por ejemplo, los arrendatarios de aeronaves.
“La concursada no tiene el capital, el flujo de caja, los activos y el personal necesario para operar, sumado a la pérdida de confianza de los consumidores, lo que imposibilita el soporte de la operación y cualquier posibilidad de reorganización”, se lee en el comunicado oficial de Supersociedades.
¿Por qué liquidaría Viva Air?
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La aerolínea no cuenta con un activo disponible para operar.
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Su situación de caja está absolutamente resquebrajada.
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Los embargos y otras presiones ejercidas por los acreedores redujeron la posibilidad de gestionar los activos. Los arrendadores de aeronaves cancelaron los contratos exigiendo la devolución inmediata de aeronaves.
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El acuerdo de recuperación perdió sus efectos, ante la negativa de Avianca de continuar con la integración proyectada, dada la dificultad de cumplir con los condicionamientos impuestos por la Aeronáutica Civil.
“La liquidación no se va a demorar más de tres meses. Ellos no tenían aviones, no tenían permisos, estaban en cesación de pagos y no tienen como cubrir esas obligaciones y lo lógico es que más temprano que tarde entren en un proceso de liquidación; esto es un trámite normal. Viva ha manifestado que no es una decisión de la Supersociedades, sino de ellos como empresa, porque consideran que no tienen la condiciones para seguir adelante”, explicó Billy Escobar, superintendente de Sociedades.
La aerolínea venía desde el año pasado anunciando afectaciones en su operación y buscando ser comprada por la gigante Avianca con el fin de poder darle continuidad. En mayo, comenzó todo, cuando Avianca compró 100% de las acciones de Viva. Pero, fue hasta agosto que ambas aerolíneas manifestaron ante la Aeronáutica Civil la intención de integrarse, bajo el argumento de que Viva era una “aerolínea en crisis” que pretendían salvar.
Sin embargo, tras varios intentos fallidos ante la Aerocivil, la solicitud de integración entre Avianca y Viva fue denegada, además, por esto, la aerolínea tradicional decidió desistir de continuar apelando en el proceso y acabar con su voluntad de salvar a la low cost.
Dado esto, fue a inicios de este año, que Viva anunció el cese de sus operaciones argumentando que ya no tenía el músculo financiero para seguir operando. En medio de la crisis, la low cost informó que la aerolínea tuvo que hacer la entrega de varios aviones.
“No dejamos una sola acción sin emprender e hicimos hasta lo imposible para llegar vivos a este punto para salvar una compañía en crisis. (…) Nos queda la satisfacción de haber cambiado la historia de la aviación en Colombia”, dijo a mediados de mayo después de que Avianca negara seguir adelante con la integración, tras las condiciones impuestas por la Aeronáutica Civil para avalar el proceso.
Con su salida, Viva deja un hueco comercial de 20,5% en participación de mercado y el abandono de 46 rutas y 26 destinos, entre ellos siete internacionales. Aproximadamente, Viva transportaba en un año a 5,1 millones de personas.