El presidente estadounidense, Joe Biden, afirmó que no prevé que la economía de su país entre en recesión antes de que el jueves se conozcan los datos del producto interno bruto (PIB) para el segundo trimestre.
Aunque ni los analistas y expertos, y mucho menos el gobierno de Estados Unidos, reconoce que el país va hacia una recesión económica, técnicamente esta nación ya tiene esa condición negativa al registrar dos trimestres consecutivos con crecimiento negativo: -1,6% en marzo y ahora -0,9% en junio.
Sin embargo, en la práctica, el presidente Joe Biden y su equipo se aferran a los datos de empleo, comercio y a que mejoren las perspectivas de la guerra en Ucrania para impedir, por lo menos, que el término recesión se meta completamente a la primera potencia mundial.
A todas estas, la decisión del miércoles pasado de la Reserva Federal en que el Comité de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) decidió de manera unánime incrementar el rango de la tasa de los fondos federales hasta 2,25%-2,50%, nivel no observado desde marzo de 2020, antes de la llegada del covid-19 a EE.UU., no contribuyó en nada para enviar un mensaje positivo al mundo y de paso a Colombia.
Al igual que la decisión del pasado mes de mayo, el registro de la inflación al consumidor en EE.UU. para junio explicó que continúe el acelerado incremento de tasas. En particular, fue clave que la inflación anual por IPC llegara a 9,1%, 4,5 veces la meta del FED (2%). Aunque esta medida fue explicada por el avance de los precios de los combustibles y los alimentos, también fue consecuencia de una mayor inflación de bienes y servicios ante el buen dinamismo de la demanda. En efecto, el ascenso de los precios al excluir los rubros de combustibles y alimentos se sigue ubicando tres veces por encima de la meta del Emisor.
Señales
Con todas estas baterías macroeconómicas en curso, crecieron los atisbos de recesión en la nación norteamericana y ahora lo que se preguntan en Colombia es qué impacto tendría en el país esta situación de cobertura mundial.
Si bien la recesión no se ha terminado de consolidar, ya hay señales que indican un escenario de pérdida generalizada de la actividad económica, como los altos niveles de costo de vida que han traído como consecuencia altas tasas de interés que no se veían desde hace años. Otro aspecto que influye es la guerra entre Ucrania y Rusia, que ha producido una disminución en la oferta de petróleo, causando serios problemas a la economía de todo el mundo. Felipe Campos, gerente de Inversión e Investigaciones de Alianza Valores y Fiduciaria, explicó que “se habla de una recesión en Estados Unidos porque va a cumplir con la definición más básica de crecer dos trimestres negativos seguidos, bajo una definición muy estricta de ellos”.
Exportaciones
Toda esta situación podría golpear a Colombia, aunque no de manera inmediata, según aseguran los expertos. De materializarse una recesión económica en Estados Unidos, la recuperación que ha venido mostrado la economía colombiana tras la pandemia podría verse seriamente afectada.
Según han proyectado los especialistas, un escenario así podría hacer que el valor de las exportaciones colombianas caiga considerablemente, en especial por la caída de los valores del precio del petróleo.
Esto se explica porque todo lo que el país compra y vende se hace en dólares. Si Estados Unidos entra en recesión, Colombia perdería capacidad para exportar y eso conllevaría a que perdiera capacidad también para importar. Buena parte de los productos que adquieren los consumidores colombianos tienen algún componente importado; si se pierde capacidad para importar, también se perdería capacidad de producir lo que se exporta.
Por su parte, el economista Munir Jalil, director de investigaciones económicas para la Región Andina de BTG Pactual, dice que ya hablan de recesión “cuando por dos trimestres consecutivos se dan crecimientos negativos, lo que exactamente le está pasando a Estados Unidos. En Estados Unidos no estamos viendo una gran cantidad de personas buscando empleo. El término recesión genera una alarma en el mundo“, comentó.
Así las cosas, los efectos podrían verse reflejados sobre una potencial caída en el precio del petróleo, que se sumaría a todo lo que está pasando con el dólar.
De allí que recomienda que “el nuevo gobierno debe ser juicioso en materia fiscal y desde el Banco de la República se debe ofrecer una mejor tasa de interés”, reiteró Jalil.