La Asamblea Departamental del Magdalena vivió este jueves 6 de marzo una jornada de tensión extrema que estuvo a punto de terminar en golpes.
La sesión, que debía transcurrir sin mayores inconvenientes, se convirtió en un verdadero campo de batalla cuando Rosita Jiménez asumió la presidencia de la Corporación, lo que desató el furor de los diputados afines al gobernador Rafael Martínez, que actualmente son minoría.
El conflicto venía gestándose desde el día anterior, cuando el diputado Edgar Arias dirigió la sesión tras la suspensión temporal de la mesa directiva. No obstante, este jueves, Jiménez, quien ya había ocupado la presidencia en 2024, asumió el control amparada, según ella, por un fallo del Consejo de Estado. Esto desató una feroz confrontación entre los legisladores, quienes no tardaron en acusarla de “usurpadora de funciones”. Diputados como María Margarita Guerra y Yohan Pinedo, junto a otros, exigieron que Arias, amparado por el reglamento interno, asumiera la presidencia.
Los gritos, los insultos y el cruce de acusaciones se intensificaron rápidamente, llevando el ambiente a un punto de ebullición. Ante la situación, Rosita Jiménez solicitó la intervención de la Fuerza Pública para retirar a los diputados inconformes, lo que solo sirvió para aumentar la tensión y que sus opositores la acusaran de intentar silenciarlos.
El incidente pone de relieve la profunda división política en la Asamblea del Magdalena y deja en evidencia un clima de confrontación política que podría marcar los próximos días en la Corporación.
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