El Consejo de Estado dejó en firme la curul del senador Carlos Julio González, el reemplazo por “silla vacía” de Arturo Char, investigado por la Corte Suprema por los delitos de corrupción electoral y concierto para delinquir, relacionado con la compra de votos y la condena de la exsenadora Aida Merlano.
La decisión la tomó luego de resolver una demanda de nulidad electoral presentada en contra del llamamiento de González, a pesar de que Char había renunciado, según la demanda en este caso no se cumplió la prohibición por “silla vacía” de reemplazar la curul, cuando el congresista que renuncia está vinculado formalmente a un proceso penal por la comisión de un delito, en este caso, el de corrupción electoral.
La demanda alegó que el partido Cambio Radical no tiene derecho a reemplazar la curul del exsenador Arturo Char por incumplir el artículo 134 de la Constitución que dice que: “las faltas absolutas o temporales de los miembros de las Corporaciones Públicas serán, suplidas por los candidatos que, según el orden de inscripción, en forma sucesiva y descendente, correspondan a la misma lista electoral”.
Recordó que el artículo 134 constitucional estableció la figura de la “silla vacía” que no es cosa diferente a un castigo o sanción a los partidos políticos por incluir delincuentes en sus listas: “a partir de dicha norma les está prohibido reemplazar a quienes hayan sido capturados o condenados por la comisión de delitos contra los mecanismos de participación democrática”, dice el proceso.
Sin embargo, el Consejo de Estado estudió el caso y en una decisión histórica sobre los alcances de la “silla vacía” para congresistas investigados por corrupción, determinó que cuando Arturo Char renunció aún no había sido materializada la citación a indagatoria.
Finalmente, determinó que se trató de un acercamiento histórico que le permitió a la Sala entender “la citada figura constitucional desde su génesis, es decir sobre la progresividad fáctica” que dio lugar a que el pensamiento, tanto del constituyente como del legislador, fuera dando lugar a la figura de la “silla vacía”.