Una nueva jugada sacude el tablero político, de cara a las presidenciales de mayo de 2026: Carlos Andrés Amaya, actual gobernador de Boyacá, se perfila como la apuesta del petrismo para suceder a Gustavo Petro en la Casa de Nariño.
Según fuentes cercanas, la renuncia de Amaya es inminente y, si no ocurre un hecho extraordinario, oficializará su salida antes del 31 de mayo de 2025, el límite legal para evitar inhabilidades.
Electo con más de 260.000 votos en octubre de 2023 para su segundo mandato como gobernador, Amaya está a punto de abandonar el cargo a menos de dos años de iniciar su periodo. En busca de claridad espiritual, se ha refugiado en retiros con una comunidad cristiana, acompañado también por su familia, mientras sopesa la decisión que podría catapultarlo a la candidatura presidencial.
La movida no es improvisada. Amaya ya tendría el visto bueno desde la Casa de Nariño y no se descarta que cuente con el guiño directo de Petro, quien, consciente de que la izquierda más radical enfrenta serias dificultades para mantenerse en el poder en 2026, estaría apostando por un perfil más moderado y con mayor alcance electoral.
Así, mientras Boyacá se prepara para una despedida anticipada, en Bogotá se empieza a barajar seriamente el nombre de Amaya como la carta del petrismo para intentar mantener el proyecto político que hoy gobierna a Colombia.