Después de dos años de arduo trabajo, la Ley de “Brazos Vacíos”, impulsada por el Senador Mauricio Gómez Amín, surtió su último debate en la Cámara de Representantes este martes 30 de mayo.
Con la aprobación de esta iniciativa se busca crear un lineamiento técnico que sea incluyente e integral para la atención completa en casos de duelo por pérdida gestacional o perinatal en Colombia. Ante ello, el valioso apoyo de JIC Fundación, los representantes a la Cámara, Juan Felipe Corzo y María Fernanda Carrascal, como ponentes del mismo, fue fundamental.
La ‘Ley Brazos Vacíos’, busca mejorar la calidad de la atención en salud, desde la perspectiva de la humanización, estandarizar y garantizar una atención equitativa a las familias y las mujeres y personas gestantes en duelo por pérdida gestacional o perinatal, minimizar el riesgo de secuelas psicológicas y generar conciencia y visibilidad en la ciudadanía y las organizaciones públicas.
Con esta iniciativa se reivindica a las 30.719 madres y familias que han sufrido el duelo por pérdida perinatal o gestacional.
Adicionalmente, evitaremos que sucesos como el de cientos de madres en el país, se repitan. Un caso puntual, es cuando la mujer que acaba de tener una pérdida, es ubicada con su bebe
muerto en brazos, escuchando y viendo a los otros bebés llorar. No podemos seguir revictimizando a las mujeres y familias en actuaciones deshumanizantes.
Por otro lado, una vez terminado el trámite legislativo, la “Ley Brazos Vacíos”, pasará a Sanción Presidencial para ser oficialmente Ley de la República. Esto ratifica el propósito de preservar también el cuidado de la Salud Mental de la mujer y la familia.
Definitivamente, con este ejercicio legislativo trazamos una ruta hacia un camino más justo, digno y equitativo, sobre todo en busca de acabar con todas las prácticas deshumanizantes que se viven en el marco de la pérdida de un ser amado.
Gracias a este proyecto se garantizará que las madres y familias colombianas tengan una efectiva garantía a la atención materno perinatal y de salud mental a la que tienen derecho, les permitirá tener un mejoramiento significativo a la calidad de vida y humanización, con miras a conservar las condiciones de, respeto y cuidado de quienes afrontan esta compleja realidad.