Aguachica, Cesar, vivió este jueves 2 de enero una jornada de profundo dolor y reflexión al despedir a Santiago Lora Rincón, uno de los cuatro miembros de la familia Lora Rincón que perdió la vida en una brutal masacre ocurrida el pasado 29 de diciembre. Tras las exequias de sus padres, Marlon Lora y Yurlay Rincón, y su hermana Ángela Lora Rincón, hoy le tocó el turno a Santiago, quien a sus 19 años dejó una huella profunda en la comunidad.
Desde las 2 de la tarde, cientos de personas se congregaron en la Iglesia Príncipe de Paz para la ceremonia religiosa, donde se ofrecieron palabras de consuelo para todos los familiares y amigos. El pastor que ofició el servicio instó a los presentes a no ocultar sus emociones y a “permitirse llorar”, reconociendo el dolor colectivo de una ciudad entera por la tragedia que se ha llevado a esta familia tan querida.
Una amiga cercana de Santiago lo recordó con cariño, destacando su pasión por lo audiovisual: “Era el niño de la iglesia, siempre con su sonrisa y su amor por la fotografía. Su sueño era tener un dron y una cámara profesional para seguir explorando su creatividad. Nos deja su risa, sus bromas, siempre lograba hacernos sonreír. Aunque el dolor nos embarga, hoy celebramos su vida”.
La ceremonia culminó con una emotiva caravana que acompañó el cuerpo de Santiago hasta el Cementerio Central, donde fue sepultado junto a sus padres y hermana, en un acto de unión y respeto hacia una familia que siempre fue ejemplo de fe y esperanza en Aguachica.
La Policía continúa con la investigación de la masacre que arrebató la vida de estos cuatro miembros de la familia Lora Rincón, quienes eran conocidos por su labor como pastores y su dedicación a la comunidad. Se ha confirmado que dos sicarios en moto fueron los responsables del ataque, y las autoridades han recuperado las motocicletas utilizadas para el crimen. Además, se han difundido imágenes de los agresores, a fin de que la comunidad colabore con información que conduzca a su captura.
En este doloroso momento, Aguachica recuerda a los Lora Rincón no solo por su trágica partida, sino por el legado de amor, fe y esperanza que dejaron en cada uno de los corazones que tuvieron el privilegio de conocerlos.