Ahumada, hijo de Sabanalarga, habló con las personas de estos barrios, las cuales han sido duramente golpeadas por la crisis económica y social que ha desatado el Covid19, escuchándolos sobre sus preocupaciones y expectativas, pero también llevando mensajes que invitan a no perder la fe y mucho menos bajar los brazos en una época donde la fortaleza espiritual y la unión familiar, juegan un papel clave en la estabilidad emocional de las personas.
“Siempre será más fácil criticar el estado de cosas que nos abruman, que procurar buscar una solución a las mismas, así como desde cómodos palacetes, es fácil incendiar y crispar la conciencia colectiva, mientras los muertos los colocan la verdadera gente pobre de este país, esos que no pasaron a la línea de pobreza absoluta en razón de la crisis, por sus carencias, necesidades y en fin, ni siquiera su precaria forma de vivir, porque ellos no viven, ellos existen que es diferente, y sobreviven a ello, por eso hoy les extendemos nuestra solidaridad para que en esta época de escasez, puedan llevar un plato de comida a su mesa.”, aseguró el jurista Ahumada.
Sobre su contacto permanente con la gente, sobre todo en momentos en que la mayoría de los dirigentes políticos se han ausentado, Ahumada aseguró que “son ellos el combustible que mueve mi corazón, y como he vivido en el viento, no le temo a los torbellinos, por eso mi lucha la daré desde la democracia, desde el conocimiento y el amor a mi tierra, mi departamento y el país.”
El dirigente es consciente que aunque este pequeño aporte no solucionará de fondo la pobreza extrema en la que viven muchos de los habitantes de Sabanalarga, un mensaje oportuno y el calor humano de una mano amiga, siempre será importante, máxime en momentos donde la desesperanza y el desasosiego vienen ganando terreno entre la gente.
“Yo he sido una persona bendecida, un hombre que con su preparación y trabajo, ha venido abriéndose camino en la vida, siempre guiado por la misericordia y amor de Dios, eso me ha hecho entender que la mejor forma de agradecer y multiplicar las bendiciones que recibimos, es precisamente compartiéndolas con las personas que tanto lo necesitan”, señaló visiblemente emocionado Ahumada Cervantes, quien agregó que la profunda vocación social que le asiste, seguirá impulsándolo a continuar con este trabajo en Sabanalarga y el Atlántico.