Bate corrido para esta nueva especie en escena, oscuros personajes, “nuevos riquitos” les llaman, degenerados a los que no se les conoce origen, los hay en todos los edificios, conjuntos y condominios de Barranquilla, se les identifica fácil, se las quieren dar de más “vivos” que todo el mundo, quieren pisotear siempre los derechos de los vecinos, son fantoches, de lunes a jueves aparentan un “glamour” que pierden con frecuencia los fines de semana, se les termina cayendo la máscara y pelan el cobre como decimos popularmente.
Nada más sabio que esta vieja frase lanzada por algún legendario pensador popular: “La mona aunque se vista de seda, mona se queda”.
Pasa el tiempo y esa contundente expresión está más vigente que nunca, y es aplicable hoy a los protagonistas de la bochornosa y violenta agresión del pasado viernes a la Pediatra Dalila Peñaranda y su empleada Carmen en el Edificio La Ría, en el sector de Villa Santos.
No hay derecho a tan grotesco comportamiento, la furia desplegada por estos rufianes, hombres y mujeres, tiene su detonante, los videos de las cámaras de seguridad de los pasillos, dejan en evidencia la alta dosis de entusiasmo de varios “ilustres invitados” ante la llegada de “Don Periquito Ortiz”, de allí en adelante la fiesta se transformó en “festival de la mueca” hasta desembocar en el violento episodio.
Aunque lo dudo, ojalá brille la justicia, tan escasa y tan esquiva en estos tiempos, y castiguen de manera ejemplarizante a estos perversos personajes.
El vergonzoso espectáculo de La Ría debe ser la gota que rebose la copa, es hora que la Lonja de Propiedad Raíz o la entidad que le corresponda haga gestión para unificar en el país el famoso y vilipendiado Manual de Convivencia de edificios, conjuntos y condominios residenciales, si es necesario llevar el tema al Congreso de la República, que deje de ser letra muerta, se le pongan dientes y su violación en algunos casos tenga efectos jurídicos, facultar a la policía para actuar con fortaleza y contundencia ante hechos violentos como los que se dieron en este edificio de Villa Santos, implementar sanciones, multas e imputaciones para administradores, conserjes, vigilantes que no hagan cumplir el manual, sea por físico miedo o porque están “ligado$”.
De titulares y videos de escabrosas historias como esta del pasado fin de semana están llenos los medios de comunicación, haciendo memoria, la fenomenal “muñequera” del Edificio Home Club, protagonistas sus propios constructores, controvertidos personajes que no gozan precisamente de prestigio en la ciudad.
En el cotizado Bellagio ante la llegada de cuestionadas figuras empezaron a darse extrañas situaciones que obligaron a dos dirigentes políticos y un caprichoso empresario de la ciudad a abandonar apresuradamente el edificio.
Imposible no mencionar el escandaloso episodio del honorable Senador Eduardo Pulgar en un candente enfrentamiento con un funcionario de poca monta, teniendo como escenario el lobby del lujoso Grattacielo.
También en otro opulento edificio del norte se hicieron famosas las golpizas, de un dirigente gremial a su esposa, una reconocida figura de la farándula. En rumbas de fines de semana, el energúmeno esposo hacia explosivas “mezclas”, similares a las que vimos en los videos de La Ría y al retornar a casa, descargaba su ira jalando a su esposa de los cabellos hasta arrastrarla por las empinadas escaleras y lobby del edificio. Los vecinos cansados de la situación presionaron su salida del mismo. Son muchas las historias truculentas.
El oprobioso capítulo de La Ría y otros recordadoshoy en Los Batazos nos deja importantes conclusiones: no necesariamente todo lo que brilla es oro, tener dinero, bienes, vivir en estrato alto, ostentar altas dignidades, ejercer altos cargos, no convierten a nadie en buena persona, ni gradúan a nadie de persona honorable…¡Seguimos bateando!
Denuncias, comentarios y sugerencias: [email protected] Twitter: @ArnoldTobioM