Por: Oscar Martínez Ortiz
La Reforma Política de 2003 modificó muchos aspectos del sistema electoral en Colombia. Estas modificaciones son: umbral electoral, cociente electoral y cifra repartidora, términos, tal vez, poco conocidos por la mayoría de los colombianos, pero que son determinantes como mecanismo de definición de curules para cada corporación pública de elección popular.
El umbral no es otra cosa que el mínimo de votos que debe obtener una lista para competir en la repartición de curules. En cada elección o jornada electoral el umbral cambia, porque éste está sujeto al número de votos finales de todo el proceso.
Para el Senado de la República la norma establece que el umbral equivale al tres por ciento de la votación total. Es decir, si el número de votos válidos a Senado fue, por ejemplo, de 15 millones de sufragios, se tiene entonces que el tres por ciento de esa cifra es 450 mil, ese será el umbral, lo cual indica que el partido político cuya lista no alcance ese resultado no podrá elegir a un solo senador.
Para las demás corporaciones como Cámara de Representantes, asambleas departamentales, concejos municipales, entre otros, el umbral corresponde a la mitad del cociente electoral. ¿Qué es el cociente electoral? Es la cifra que se deduce al dividir todos los votos válidos depositados entre el número de curules que están en juego. Al conocerse el cociente electoral es fácil obtener el umbral porque éste resulta de dividir entre dos esa cifra, cuyo resultado corresponde al umbral.
Por ejemplo, para la Cámara de Representantes del Cesar son cuatro curules en disputa y son muchas las listas que se inscriben, pero sólo participan en la repartición de curules las que alcancen el umbral, que para este caso se tiene al dividir entre cuatro y luego entre dos, el resultado será el umbral.
Conocido el umbral entonces se procede a establecer la cifra repartidora, la cual, siguiendo con el ejemplo de Cámara de Representantes para el Cesar, será la cuarta mejor votación, que no necesariamente corresponde a la cuarta lista más votada, porque ese cuarto mejor resultado podría estar en la primera, segunda o tercera lista de candidatos que haya alcanzado el umbral. Por medio de la cifra
repartidora es que se determinan las cuatro curules electas.
Para saber cuál es la cifra repartidora, para el caso del Cesar donde son cuatro curules en disputa a la Cámara de Representantes, se debe realizar un ejercicio matemático que consiste en dividir la votación total de cada lista entre cada curul a proveer. Es decir, primero se divide entre uno, después se divide entre dos, seguidamente entre tres y finalmente entre cuatro. Como ya se dijo, a manera de ejemplo, que la cifra repartidora es de 25 mil votos, se tiene entonces que cada división que se haga por cada una de las cuatro listas debe arrojar 25 mil o más para que un segundo, tercer o cuarto candidato de una misma lista pueda ser elegido.
Esta claridad, propia de la aritmética electoral, recuerda a las distintas candidaturas que sólo el trabajo sólido en estructura y organización política, con un muy buen mensaje de la promesa ética, hará que las matemáticas de la democracia sumen y no resten.