Por: Jorge Vergara Carbó
No fue fácil lograr que la empresa Triple A volviera al control del Distrito de Barranquilla. En la negociación que inició el alcalde Jaime Pumarejo con el gobierno del presidente Iván Duque y la Sociedad de Activos Especiales, y luego con el gobierno del presidente Gustavo Petro. Ambos se negaron por distintas razones a no ceder gratuitamente el 82,16% de las acciones de las que la Fiscalía le había decretado un juicio de extinción de dominio por hechos ya conocidos por todos.
Con el cambio de gobierno, y ante la decisión tomada con el presidente de la SAE del gobierno Duque, se procedió al inició de las negociaciones llegando a acordar un precio mediante la contratación de tres firmas especializadas en el tema, dos de ellas contratadas por la SAE y la otra por el Distrito de Barranquilla. Al llegar el nuevo gobierno, hubo controversia por parte de la SAE y la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios acerca del valor de las acciones, por lo que se programó una rueda de prensa en la cual dieron a conocer un valor de las acciones, superior al elaborado por las firmas especializadas en el tema y reconocidas internacionalmente. Incluso el director de la Oficina de Anticorrupción de la Presidencia de la República terció en la discusión solicitando parar la negociación.
Ante estos hechos, el Distrito mantuvo su posición y acompañado de la Procuraduría, logró aclarar y eliminar las asperezas que se presentaron en el trascurso de las negociaciones, llegando estas a feliz término el 17 de febrero del presente año mediante las resoluciones 51 y 52 de la SAE, en las que se expide primero el título C.009 por 60.376.424 acciones cedidas al FRISCO (Fondo de la SAE), y este Fondo traspasa el título C-0010 a la empresa compradora K-Yena S.A.S las 60.376.424 acciones.
En la negociación surgieron voces disidentes lideradas por Canal Isabel Segunda que públicamente anunció que invertiría unos 5.267 millones de pesos para su campaña de lobby en Colombia y gestiones directas con el presidente Petro. Su objetivo era frenar la negociación de las acciones en cautiverio, labor que encontró eco en algunos medios de comunicación del país y de Barranquilla, en integrantes de la Colombia Humana en Barranquilla, unos pocos socios minoritarios de la Triple A, funcionarios del alto gobierno de la Oficina Anticorrupción, de la SAE y de la SSPPDD. A través de ese mecanismo lograron frenar la negociación entre la SAE y el Distrito por unos meses, dado que en febrero 17 del 2023 se cerró la negociación, lo que desde el punto de vista legal imposibilita que Inassa pueda recuperar esas acciones. Inassa de salir el fallo de la FGN a su favor, lo único que recuperaría es el valor de las acciones vendidas por la SAE. Igualmente, si tiene éxito en su demanda ante la CIADI lo que recuperará es el valor de las acciones.
Otras críticas, que aún se siguen haciendo a través de las redes sociales y algunos medios de comunicación, tienen que ver que la negociación se hizo con una empresa del Distrito donde tienen participación dos privados: el ingeniero William Vélez, a través de sus distintas empresas, y la familia Daes que públicamente donó sus acciones en ese negocio al Distrito de Barranquilla. Para estas voces disidentes, no les valieron las explicaciones dadas por la administración distrital el del porque tuvo que recurrir ante los privados dado que el Distrito no contaba con recursos suficientes para hacer esa negociación.
Para estas personas, hoy el señor William Vélez es una mala compañía, porque ha sido acusado recientemente por Salvatore Mancuso de financiar el paramilitarismo, acusación que nada nueva ya que, desde el 2 de agosto del 2009, el portal La Silla Vacía publicó unos memorandos que lo involucraban con los paras. Igualmente, el 22 de noviembre el portal Verdad Abierta lo acusa de testaferro de Vicente Castaño, en marzo y abril del 2013 la Fiscalía le abre investigación por acusaciones de alias Don Antonio y El Canoso, y en el año 2020, a través de un Twitter, el hoy presidente Petro lo acusa de lavar dinero para los paras y de ser socio de los chinos en el metro de Bogotá. Ninguna de esas acusaciones e investigaciones tuvieron éxito debido a que el acusado logró demostrar no tener vínculo alguno con los paramilitares.
Estas mismas personas que han cuestionado al señor William Vélez por ser socio de la Triple A por intermedio de la empresa K-Yena, nunca dijeron nada de él cuando era socio de Canal Isabel Segunda (Inassa) no solo en la Triple A, sino desde el año 1989 como socio de la empresa Metro Agua donde tenía el 33%. Para esas voces disidentes el señor William Vélez era bueno cuando era socio de los españoles, pero malo por ser socio de los barranquilleros. Les duele que el Distrito haya recuperado el control de la Triple A.
Los que hoy hacen parte de la Colombia Humana y que cuestionaron la negociación de las acciones con la SAE y solicitaron a ella que interviniera la empresa sin argumento valedero alguno, y que hoy cuestionan al ingeniero William Vélez, se les olvida que ellos cuando militaban en el Movimiento Ciudadano, nunca alzaron la voz para acusarlo de vínculos con los paramilitares.
También se les olvidó que fue el Movimiento Ciudadano el que le adjudicó el contrato del aseo a ese ingeniero, contrato que estuvo vigente hasta el mes de febrero del 2020, tal como lo expresé en un documento publicado en el portal Corrupción al Día el 14 de agosto del 2019, que entre otras cosas decía “Tenga la seguridad señor gerente, que mientras usted, como barranquillero que es, siga pensando en el bienestar de la ciudad todos lo vamos a respaldar empezando por los distintos medios de comunicación, la academia, los sindicatos y por supuesto de todos los Atlanticenses. No sé qué dirán los señores del Intergremial del Atlántico, quienes cohonestaron con los actos corruptos que se dieron en toda la historia de la Triple A”.
Lo anterior fue posible en la gerencia de la Triple A del ingeniero Guillermo Peña Bernal y de Virginia Torres como presidente de la SAE, quienes planificaron todo lo concerniente a la prestación de ese servicio para evitar cometer los errores del hoy presidente Gustavo Petro en Bogotá, cuando la ciudad asumió ese servicio que precisamente estaba en manos de los señores William Vélez y Alberto Ríos. A través de un Leasing adquirieron 53 vehículos grandes y 92 pequeños, sumados a los existentes para prestar un servicio de calidad. Hay que reconocer que, gracias a su aporte de capital, el Distrito de Barranquilla tiene el manejo absoluto de la empresa.
A los enemigos de la “Joya de la Corona”, que es Triple A, los invito a que revisen con detalle sus cifras financieras y administrativas. Estas cifras no son producto de la imaginación o un carnaval o inventadas, sino tomadas de sus estados financieros debidamente auditados, que muestran la solidez de la empresa.
Sus utilidades en el año 2022 fueron de $119.097 millones, tiene utilidades acumuladas de $335.465 millones, paga impuestos a la Nación por $67.306 millones, le paga regalías al Distrito anualmente por $58.238 millones, paga entre salarios y prestaciones sociales a sus empleados al año $101.132 millones. Sus ingresos por acueducto son de $432.719 millones, por alcantarillado $214.265 millones, por aseo $191.271 millones y otros $29.041, para un total de ingresos de $867.277 millones, y tiene una deuda financiera de $54.324 millones. Indudablemente La Triple A “es la joya de la Corona”
¿Qué preocupa en la Triple A?
Preocupa que no se consolide como lo que es hoy, una empresa regional, política esta que se viene impulsando por el gobierno central desde hace años, la cual consideramos debe continuar en este gobierno porque es la única manera de que municipios pequeños puedan contar con buenos servicios de agua, alcantarillado y aseo. La Triple A es un ejemplo de ello en el país.
Pero la Triple A depende de unas concesiones que se han firmado con 16 municipios del departamento del Atlántico incluyendo a Barranquilla, que una vez vencida esa concesión se puede perder, tal como casi sucede recientemente con en el municipio de Soledad.
Para evitar estar negociando independientemente con cada municipio, creo que vale la pena idearse un modelo empresarial que permita acabar que los municipios sean socios de la empresa. Los alcaldes de las entidades territoriales deben desarrollar esa idea con sus respectivos concejos y con los directivos de la Triple A para que les autoricen que sean socios de la empresa y no estar negociando cada 15 o 20 años una concesión. Para lograrlo debemos entre todos contribuir a alcanzar ese objetivo si consideramos que es lo mejor para el Atlántico.
A fin de ubicar al lector, presentaremos un resumen de las concesiones hasta hoy firmadas y su fecha de terminación para que ustedes puedan sacar sus propias conclusiones.
1, Distrito de Barranquilla, firmado 19 de octubre 1993. Vence el 19 de octubre 2033.
2. Puerto Colombia firmado, 25 de mayo 1997, vence mayo 2027.
3. Soledad firmado, 4 diciembre de 2001, vence 30 de julio 2024
4. Galapa, firmado 18 octubre 2002, vence octubre 2032
5. Acueducto Regional Costero, firmado 13 octubre 2006, vence 18 octubre 2030.
6. Sabanalarga, firmado 24 junio 2004, vence 9 marzo 2032.
7. Baranoa-Polonuevo, firmado 17 junio 2005, vence 1 diciembre 2023.
8. Sabanagrande – Santo Tomás, firmado 18 marzo 2005, vence 18 marzo 2024.
9. Palmar de Varela, firmado 15 febrero 2013, vence 1 marzo 2033.
10. Ponedera, firmado 24 febrero de 2014, vence 24 febrero 2034.
La Triple A adelantó gestiones con Empresas Públicas de Medellín, para ver si asume el mercado de Malambo, pero sin resultados concretos. Sólo le presta el servicio a un barrio de ese municipio. Igual sucede con el acueducto del sur del Atlántico donde tampoco la Triple A presta sus servicios por un error del gobernador Verano, quien requirió a la Triple A para que hiciera los estudios de ese acueducto olvidándosele que al hacerlo no podía participar en la licitación y el resultado es que hoy esos municipios no cuentan con buenos resultados.
Finalmente, entiendan que el 73,36% de las utilidades de la Triple A las recibe el Distrito de Barranquilla, unos $87.370 millones, más $58.238 millones de regalías suman $145.608 millones, recursos que fortalecerán el presupuesto distrital y, por supuesto, serán utilizados hacia futuro una vez se pague la deuda por la compra de las acciones. El 23% de las acciones las tiene William Vélez a través de sus empresas socias en K-Yena, y el 3,34%, los accionistas minoritarios.
Por último, quiero que entiendan que lo primero que tenemos que hacer es consolidar a la Triple A como una empresa regional para después proyectarla nacionalmente; que vuelva a hacer el modelo que era cuando en la ciudad se fundaron las Empresas Públicas Municipales que sirvió de ejemplo a otras empresas del país. Hoy estamos cerca de volver a lograrlo y eso sólo lo alcanzaremos con el apoyo de todos, trabajadores, sindicato, directivos y, por supuesto, los usuarios.
No volvamos a cometer el error de volver a perder esta empresa como perdimos la antigua EPM y, como en el sector eléctrico, perdimos a Corelca.
LA TRIPLE ES NUESTRA JOYA DE LA CORONA CUIDEMOSLA