Por: Edgardo Mendoza Ortega
Los hechos sucedidos esta semana en el corregimiento de Tasajera en el municipio de Pueblo viejo (Magdalena) donde un camión siniestrado y cargado con 400 guitarras, fue violentamente asaltado y saqueado por cientos de habitantes de esa población, ya hacen parte de nuestro macondiano mundo caribe, al punto de normalizar por parte de muchos, ese tipo de situaciones que se presentaron en ese sector del departamento del Magdalena. La escena es casi siempre la misma: un camión de carga sufre un accidente en la carretera que conecta Santa Marta con Barranquilla, y en cuestión de minutos, decenas de personas se congregan alrededor del vehículo volcado. Lo que para algunos es un desastre, para otros es una oportunidad.
El saqueo se lleva a cabo con una eficacia casi militar, en una coreografía ensayada que creería uno es por la necesidad, pero allí hombres, mujeres y niños participan en el expolio de cualquiera que sea la mercancía; No bastó la desafortunada experiencia que tuvieron similares hechos que dio con una tragedia el 6 de julio de 2020, cuando un camión cisterna explotó durante uno de estos saqueos, cobrándose la vida de más de 40 personas. Para la época dicha tragedia puso de relieve la desesperación y la fragilidad de la comunidad de Tasajera.
Este doloroso episodio evidenció la urgencia de un cambio estructural y la necesidad de estrategias de desarrollo que ofrecieran mejores oportunidades para la gente de ese corregimiento; Muchos personajes de la vida pública se pronunciaron en favor de la comunidad, como el senador en ese entonces Gustavo Bolívar, quien manifestó en sus redes sociales- ¨… Cuando la gente con hambre se lanza a recoger migajas que por arte de circunstancia (un accidente) les cae de la nada, no miden el riesgo ni las consecuencias. Esos muertos de #Tasajera y esos heridos los produjo la pobreza, más que su imprudencia. ¿Acaso el hambre permite pensar?… ¨ – sin embargo, a pesar de esas frases y del foco que permitió mostrar y visibilizar las necesidades de esa comunidad a causa de la tragedia nada pasó y los saqueos violentos siguieron presentándose en la congestionada carretera, como también la desidia y el abandono estatal con esa misma población.
Tasajera es un pueblo que, como muchos otros de nuestra región caribe, enfrenta una grave crisis socioeconómica. La pesca, principal sustento de la comunidad, ha disminuido drásticamente debido a la sobreexplotación y la contaminación de la Ciénaga Grande. Las alternativas laborales son escasas y la pobreza se ha convertido en una sombra constante sobre las vidas de sus habitantes; Esta falta de oportunidad conlleva a que en Tasajera la mayoría de su gente se levante para esperar que el día termine, sin embargo, los accidentes viales representan una irrupción en la rutina, una posibilidad de acceso a bienes que, de otro modo, serían inalcanzables.
Poco o nada podrán hacer nuestras autoridades para poder combatir y mitigar esta problemática, que más allá de todo se ha vuelto una práctica de nunca acabar, se podrá reforzar provisionalmente la seguridad de la zona, se realizarán algunos operativos y capturas por los últimos hechos realizados, pero en el próximo siniestro no dudarán una caterva de desadaptados en salir a desmantelar sea cual sea el vehículo accidentado; Sin embargo, esta vez la carga hurtada nos deja ver una gran oportunidad, si, paradójicamente y como si se tratase una señal divina el mensaje es que Tasajera necesita es que un camión con miles de guitarras y miles instrumentos musicales se vuelva a chocar en su calles, pero también ojala ese camión en su carga lleve también la oferta social del estado, lo que hoy parece un hecho despreciable por toda Colombia puede convertirse en el punto de inicio de una revolución social donde la cultura pudiera ser el eje de ese gran comienzo, y es pensar que de las 300 guitarras que aún no se han podido recuperar, más de 20 quedaran en las manos de niños inocentes de esa población que encontraran en ese instrumento musical quizás la llave para abrir las puertas de la cultura y el arte y de esta manera ellos puedan en un futuro romperle el espinazo a la desigualdad y también a la violencia; Ya lo dijo el director musical de ópera de Paris y actualmente director de la filarmónica de los Ángeles, el Venezolano Gustavo Dudamel ¨…cuando le das un instrumento musical a un niño, le estas dando la oportunidad de crear su propio mundo…¨ ; por tal razón me pregunto: ¿se podrá hacer de este hecho violento, una gran oportunidad para hacer de esta parte de Colombia un GRAN LABORATORIO MUSICAL donde entidades como el DPS, (hoy en cabeza del Libretista y exsenador Gustavo Bolívar) llegue con un camión de oportunidades y lo estrelle en miles de niños que le puedan empezar a cambiar la historia de su comunidad?, ¿se podrá crear la banda musical departamental de Tasajera? ; Tal cual como se hizo en el municipio de Baranoa, Atlántico! La historia se escribe día a día y hoy es uno para que las autoridades gubernamentales del orden Nacional y Departamental empiecen a realizarlo con justicia social a Tasajera, de lo contrario será el país el que terminara estrellado y saqueado por causa de la indiferencia.