No me equivoqué cuando advertí que, en Puerto Colombia la racha de malos gobiernos no había cesado con la derrota en las urnas del fuerte grupo político de Altahona y sus pelaos, que tanto daño le hizo al municipio; pero, tampoco se ve el tal cambio que prometía en campaña el hoy alcalde Wilman Vargas, tal vez hace parte del repertorio de las famosas “promesas de cumbiambera” en una noche de carnaval, no hay duda, en octubre pasado, los electores de Puerto volvieron a echar sus votos en saco roto.
El despelote que se vivió en las playas de Puerto Colombia durante el pasado puente festivo, evidencian una ausencia total de autoridad local, el aforo no fue respetado, ni mucho menos las medidas de bioseguridad.
Los visitantes, bañistas y turistas de olla se pusieron de “ruana” los balnearios y se pasaron por las protuberantes barrigas exhibidas a cielo abierto, todo lo escrito y anunciado en las campañas para tratar de contener el agresivo Covid-19.
Que la gente está lo suficientemente informada, es cierto, que es responsabilidad de cada ciudadano, que estamos en una etapa de autocuidado, es cierto, pero también es cierto que a los ciudadanos que no entienden a las buenas, debe ser la autoridad quien los meta en cintura y lo obligue a respetar lo establecido.
Es una vergüenza, durante el puente en Puerto Colombia se vió de todo; aglomeraciones, cero tapabocas, cero distanciamiento, adultos y niños lanzando basura a las playas y al mar, los que no se vieron en ningún momento, el alcalde Wilman Vargas y los funcionarios de la alcaldía, será que también andaban haciendo turismo?
Vargas no tiene liderazgo, tampoco conocimiento y para colmo su gabinete es de poca monta, por eso cuando se pisa territorio porteño se percibe que no hay ley, ni mandatario a la vista.
Creo que ya es hora que Camilo Torres y la Representante Martha Villalba, jefes políticos del alcalde, se hagan sentir y enderecen el rumbo de una administración sin brújula.
Ante tanta pasividad y falta de autoridad, en buena hora la gobernadora Elsa Noguera tomó las riendas y ha exigido al comité extraordinario de playas revisar y hacer cumplir de manera estricta aforos, protocolos y medidas preventivas, sin excepción, en todos los balnearios de la zona costera.
Positivo también el reporte de las caravanas por la seguridad implementadas por el alcalde Jaime Pumarejo en Barranquilla para preservar el orden, la salud y la vida de los ciudadanos. Durante el puente festivo, el equipo interdisciplinario encabezado por la alcaldía distrital, apagó 341 fiestas, cerró 37 establecimientos comerciales que incumplían las normas, impuso 1500 comparendos y trasladó 450 personas a la Unidad de servicios especializados en convivencia ciudadana y justicia-UCJ.
Hay que continuar con estos operativos contra aquellos que insisten en violar las medidas poniendo en riesgo sus vidas y la de sus familias.
Ya lo habíamos advertido desde esta columna, que ojalá nuestra gente no confundiera la nueva normalidad con la oportunidad para el relajo y el vacilón; y efectivamente, ya se está viviendo en muchos sectores; cuidado porque el Covid-19 está vivo, la pandemia no ha terminado y la desobediencia puede salir bien cara…¡Seguimos bateando!
*Denuncias, comentarios y sugerencias: [email protected] Twitter: @ArnoldTobioM