El Ejército ucraniano hizo uso por primera vez del permiso recibido de Estados Unidos y otros aliados occidentales para utilizar el armamento que le envían contra ciertos objetivos militares situados dentro de Rusia.
En el ataque, el Ejército de ese país destruyó con un HIMARS de fabricación estadounidense un sistema antiaéreo desplegado en el óblast ruso de Bélgorod.
El sistema de defensa aérea destruido parcialmente estaba situado al norte de la ciudad de Bélgorod, capital regional del óblast homónimo.
“Las fuerzas ucranianas han golpeado una batería de defensa aérea rusa S-300/400 en el óblast de Bélgorod, presumiblemente con HIMARS, el 1 o 2 de junio”, comunicó el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) de Washington.
El ISW señaló, además, que el S-300/400 estaba situado a unos 60 kilómetros de la actual línea del frente en el norte del óblast (ucraniano y fronterizo con Bélgorod) de Járkov y a más de 80 kilómetros de la ciudad de Járkov.
Hace varias semanas, Ucrania había recibido más de una decena de países aliados para golpear ciertos objetivos militares rusos situados dentro de la Federación Rusa con el armamento que éstos envían a Kiev. Hasta ahora no le permitían utilizar sus armas para atacar territorio ruso por temor a posibles represalias de Moscú.