La Federación de Fútbol de Turquía (TFF, en turco) tomó una medida sin precedentes al decidir posponer indefinidamente todos los partidos en todas las ligas y condenó al “ataque inhumano y vil” perpetrado por “individuos sin escrúpulos” contra un árbitro en un partido de la liga turca.
Esta medida drástica busca enviar un claro mensaje de repudio a la violencia en el fútbol turco y asegurar que se tomen las medidas necesarias para abordar esta situación crítica.
En un vergonzoso episodio que ha conmocionado al fútbol turco, el presidente del club Ankaragücü, Faruk Koca, agredió físicamente al árbitro Halil Umut Meler al final del partido de la Super Liga este lunes entre Ankaragücü y Rizespor, tras que este último equipo lograra un empate a un gol en tiempo añadido.
Meler, magullado en el ojo izquierdo y con fuertes conmociones por los golpes recibidos, fue trasladado de inmediato al hospital.
La gravedad de la situación llevó al ministro turco del Interior, Ali Yerlikaya, a anunciar la detención de tres personas, incluido el presidente del club Ankaragücü.