Cuando los talibanes retomaron el poder en Afganistán prometieron respetar los derechos de las mujeres, pero con el paso de los días van dejando claro que su visión no ha cambiado.
El nuevo Gobierno talibán ha autorizado a los niños a reiniciar las clases de secundaria, mientras que las menores que cursan de sexto grado en adelante han tenido que quedarse en casa.
En ese país, el gobierno ha anunciado que las mujeres podrán regresar una vez consigan separar los colegios femeninos de los masculinos, algo que ya existe en Afganistán, donde solo una mínima parte de los colegios son mixtos.
Los Talibanes han prohibido que las profesoras enseñen a niños varones que cursan secundaria, lo que pone al límite al sistema educativo afgano, en el que más del 85% del profesorado son mujeres.
A la situación de Haleda se suma que su asignatura dejará de existir, pues los talibanes han prohibido que las mujeres practiquen deporte, catalogadas como las decisiones más extremistas.
“Ellos quieren mandar el mensaje de que las mujeres no deben trabajar, pero el derecho a laborar es de todos los musulmanes y de todas las mujeres. El islam no menciona que la mujer pertenece a la casa”, expresó esta profesora de educación física.
A medida que el estado talibán se consolida, va mostrando su verdadera cara, especialmente respecto a la participación de la mujer en la sociedad, pues tampoco tendrán la oportunidad de hacer parte del gobierno.
Los talibanes también cerraron el Ministerio de la Mujer para dar paso al ministerio que protege la virtud y lucha contra el pecado.