Este año cuando la neumonía de Wuhan (COVID-19) supone una severa amenaza a la salud de la humanidad, el llamado “Modelo de Taiwán” ha permitido a ese país que su moción para ser admitido en la Organización Mundial de la Salud (OMS) reciba un apoyo internacional que el Gobierno de esa nación asiática considera “sin precedentes”.
En tal sentido, funcionarios de alto rango de Canadá, Japón, Australia, Nueva Zelanda, Estados Unidos, como también líderes políticos de 43 naciones, incluyendo más de 600 congresistas y miembros del Parlamento Europeo, han manifestado su respaldo hacia la inclusión de Taiwán en ese organismo multilateral.
Asimismo, más de 2.100 reportajes, comentarios, columnas y cartas de opinión de más de 60 países han abogado a favor de la participación de Taiwán en la OMS.
Taiwán, de hecho, ha reafirmado su voluntad de compartir su experiencia en la prevención de la epidemia y ha llevado a cabo cuatro fases de asistencia humanitaria en esta materia, como muestra de su contribución en la lucha contra la pandemia, según anuncios realizados por las autoridades sanitarias de ese país.
Sin embargo, mientras que la OMS ha hecho continuos llamamientos para “hacer frente juntos a la pandemia” y revitalizar la economía sin dejar a nadie atrás, ese organismo se ha negado a invitar Taiwán a participar en la Asamblea Mundial de la Salud (AMS) en calidad de observador, así como incorporar a Taiwán en las reuniones técnicas, mecanismos y actividades relacionadas con el COVID-19.
Modelo taiwanés
A pesar de que Taiwán sigue siendo excluido de la OMS, sus resultados en la prevención del COVID-19 son loables, dado que, gracias a la toma proactiva de acciones de prevención epidémica, hasta el 28 de septiembre solo se registraron 513 casos confirmados.
El 20 de enero de 2020 se estableció el “Centro de Operaciones del Gobierno Central para Epidemias” (CECC, siglas en inglés) y el ministro de Salud y Bienestar Social, el Dr. Chen Shih-chung, convocaba una rueda prensa diaria para informar sobre las medidas de prevención que se llevaban a cabo y la situación de los nuevos casos confirmados.
Además, desde los inicios de la epidemia, Taiwán adoptó de forma inmediata estrictas medidas fronterizas de control y detección epidémica, al tiempo que se supervisó y proporcionó apoyo a las personas que se encontraban en aislamiento o cuarentena domiciliaria.
El portal de noticias Bloomberg comparó los logros en la prevención epidémica de 75 economías mediante tres grandes indicadores: salud pública, actividades económicas y políticas sanitarias. Taiwán fue calificado como el número uno.
Otro aspecto importante es que Taiwán efectuó un inventario de los equipamientos médicos necesarios para la prevención epidémica, entre los que se incluyen mascarillas quirúrgicas, batas de aislamiento, monos de protección, termómetros frontales o de oído.
Como complemento, aumentó la capacidad de producción de mascarillas y estableció una ventanilla de comunicación entre las fábricas y las asociaciones comerciales para perfeccionar la red de coordinación de suministros de prevención epidémica.
Medidas comunitarias
El Gobierno ha levantado las restricciones gradualmente en varios campos para disminuir el riesgo de contagio comunitario y permitir que el sector público e industrial se recuperen y vuelvan a la normalidad.
Al mismo tiempo que se aflojan las restricciones, se anima a la población y las empresas a mantener una distancia social de 1,5 metros en espacios cerrados y de 1 metro en exteriores. Cuando no es posible respetar esta distancia, se debe usar mascarilla.
Los dueños de tiendas o restaurantes pueden utilizar paneles divisores para separar las mesas en espacios individuales. Al entrar o salir de cualquier establecimiento, es obligatorio tomar la temperatura y mantener una buena higiene de manos.
Asimismo, se adoptó un sistema de contacto en el que se controla la información sobre la circulación de las personas y se realizan tareas de limpieza y desinfección del ambiente.
Exclusión
Inmediatamente después de que Taiwán anunciara el primer caso de COVID-19 el 21 de enero de 2020, la OMS fue informada del hecho, acogiendo el Reglamento Sanitario Internacional (RSI).
No obstante, hasta la fecha la OMS ha rechazado incluir los datos de contacto del enlace del RSI del Centro para el Control de Enfermedades de Taiwán en el Sitio de Información sobre Eventos del RSI, ni tampoco ha proporcionado notificación epidémica de Taiwán a las naciones concernientes.
Como consecuencia, ello ha imposibilitado que las ventanillas de enlace del RSI de diversos países notifiquen directamente las informaciones de contacto de los casos confirmados de COVID-19 relacionados con los nacionales taiwaneses.
Taiwán se encuentra en la zona bajo la administración de la Oficina Regional para el Pacífico Occidental (WPOR, siglas en inglés) de la OMS. Sin embargo, hasta la fecha dicha oficina se ha negado a comunicarse e interactuar con Taiwán, de modo que el Gobierno no tiene acceso a la información o las medidas de cuarentena fronteriza publicadas para los países de la región, afectando la prevención epidémica.
Obstrucción de China
De 2009 a 2019, el Gobierno de Taiwán ha solicitado a la OMS participar en 187 reuniones técnicas, de las cuales solo ha sido invitado a 57, suponiendo una tasa de rechazo del 70%.
Esto se debe a las consideraciones políticas de la OMS, pero en mayor medida a las obstrucciones de China, según consideraciones del Gobierno de Taiwán.
Este año, la persistente instancia de los países aliados y de las naciones de ideas afines a la OMS para incorporar a los especialistas taiwaneses en las reuniones y debates relacionados con la pandemia ha incitado a la OMS a adoptar ‘cierta flexibilidad’.