Los socorristas buscan sobrevivientes este martes entre los escombros de numerosos edificios que colapsaron tras el terremoto registrado en plena noche. La cifra de víctimas mortales va en 127 y son centenares los heridos en una zona remota del noroeste de China.
El terremoto se produjo a unos 1.300 kilómetros al suroeste de Pekín, en la provincia de Gansu.
Las autoridades locales de la provincia de Gansu reportaron en un nuevo balance al menos 113 muertos y alrededor de 530 heridos. En la vecina provincia de Qinghai, en la ciudad de Haidong, la prensa estatal dio parte de otros 14 fallecidos y 198 heridos.
El sismo dañó más de 155.000 edificios, según el canal público de televisión CCTV, y obligó a los vecinos a salir a la calle, con unas temperaturas gélidas.
«Tengo 70 años y nunca viví un terremoto tan fuerte en mi vida», dijo a la AFP Ma Wenchang, residente en la zona. «No puedo vivir más [en esta casa], porque es demasiado peligroso. Mis parientes han sido reubicados en otro sitio”, añadió.
En otra zona cerca del epicentro, la parte superior de una mezquita se había derrumbado y otro edificio estaba reducido a escombros, constató un equipo de AFP. Las carreteras estaban llenas de vehículos militares y de emergencias.
«Estaba muerta de susto. Mire cómo tiemblan mis manos y piernas», declaró a su vez una mujer de unos 30 años en un video difundido en las redes sociales del estatal Diario del Pueblo.
«Apenas salí corriendo de la casa, pasó la tierra de la montaña y cayó en el techo», relató sentado con un bebé en brazos y cubierta por una frazada.
La agencia estatal china Xinhua informó que la magnitud del sismo fue de 6,2 y se sintió en la histórica ciudad de Xi’an, en la provincia norteña de Shaanxi a unos 570 km de distancia.
El epicentro del temblor se situó a 100 kilómetros al suroeste de la capital provincial, Lanzhou, y fue seguido por varias réplicas.
Es el sismo con mayor número de víctimas en China desde 2014, cuando más de 600 personas murieron en un terremoto en la provincia sudoccidental de Yunnan.