En las últimas horas tuvo lugar una protesta ciudadana en el municipio de Caimanera, provincia Guantánamo.
En los videos difundidos por las redes sociales no se aprecia violencia por parte de los manifestantes, ni actos destructivos hacia edificios públicos o bienes sociales; sin embargo, sí se evidencia el uso de fuerzas uniformadas para reprimir la acción.
Asimismo, durante unas horas se cortó el acceso al Internet en todo el país.
La información oficial – según el periodista local Miguel Reyes – relata que la manifestación fue iniciada por tres personas a las que luego se le fueron sumando otras para expresarse «por insatisfacciones y necesidades poblacionales que no han sido atendidas con sistematicidad». En adición, la nota publicada en el perfil de Facebook del reportero, indica que los reclamantes se aglomeraron frente a las sedes del gobierno y Partido municipal. Por su parte, el telecentro provincial Solvisión se refirió al altercado como un «un hecho de indisciplina social que requirió la presencia de agentes del orden público».
Hasta el momento, los canales oficiales no han informado cuáles fueron las demandas de la protesta y qué «insatisfacciones» la provocaron. No obstante, medios no estatales exponen que se debieron al desabastecimiento prolongado de alimentos y medicinas que afecta con mayor gravedad a los municipios no capitales. Tampoco se conoce si las autoridades han entablado un diálogo con la ciudadanía u ofrecido soluciones a partir de las demandas.
Cuba actualmente vive una de sus peores crisis provocada por múltiples factores, entre los que se encuentran las sanciones de Estados Unidos, las trabas a la economía y una estrategia de inversiones que ha descuidado sectores clave como la agricultura o la industria alimentaria. Unido a esto, los recortes al presupuesto público se hacen cada vez más evidentes y se expresan en la falta de medicamentos e insumos médicos, así como en un mercado informal que ha limitado en la práctica el derecho a una salud gratuita y de calidad.
Además, los altos precios de los alimentos y su escasez, unidos a la reducción o inestabilidad de varios productos en la canasta familiar normada, han dejado a una buena parte de la población en una situación de inseguridad alimentaria.
En este contexto, es lógico y natural que aumenten las protestas por parte de la ciudadanía, ya sea para expresar la desesperación o para exigir soluciones ante los problemas.
La Constitución cubana, en su artículo 56, afirma que «los derechos de reunión, manifestación y asociación, con fines lícitos y pacíficos, se reconocen por el Estado siempre que se ejerzan con respeto al orden público y el acatamiento a las preceptivas establecidas en la ley». No obstante, aún es inexistente un instrumento legal que los garantice y regule, y cuando estos son ejercidos por la ciudadanía, en múltiples ocasiones, terminan en episodios de represión.
La Joven Cuba insiste en la necesidad de respetar los derechos reconocidos constitucionalmente, así como en la urgencia de establecer vías ordenadas para garantizar la manifestación pública como una forma legítima de la ciudadanía para ejercer el control popular y la rendición de cuentas. Unido a esto, insta a los organismos del gobierno a escuchar las demandas ciudadanas y entablar un diálogo cívico que permita buscar soluciones colegiadas a la crisis y las protecciones necesarias a los sectores poblacionales con mayores vulnerabilidades.