Una gran mayoría de salvadoreños considera que el presidente Nayib Bukele representa “un cambio positivo” para el país tras dos años de gestión, pese a que la oposición lo tilda de autoritario, según una encuesta revelada este jueves.
Ante la consulta de si “¿el gobierno del presidente Nayib Bukele representa un cambio positivo o negativo para el país?”, un 87,5 % de los consultados dijo que es “un cambio positivo”, señaló una encuesta de la Universidad Centroamericana (UCA). Según el estudio de opinión, otro 3,8 % contestó que es “más de lo mismo” y un 1,2 % dijo que “no sabe, no responde”.
Bukele cumplió el pasado 1 de junio dos años de gestión, distanciado de la comunidad internacional por tratar de concentrar el poder con la ayuda del congreso.
El 72,4 % de los encuestados para el estudio de opinión, elaborado entre el 15 y el 24 de mayo con una muestra de 1.275 personas, afirma que la delincuencia “ha disminuido” durante estos dos años. En tanto, un 18,4 % señaló que “sigue igual” y un 9,2 % cree que “ha aumentado”. La lucha contra la delincuencia y la violencia asociada es uno de los principales logros que pregona el gobierno.
El sondeo, que posee un error muestral de más o menos 2,76%, señala que la población valora de buena manera el trabajo del gobierno en contra del covid-19, el plan de entrega de computadoras a estudiantes de educación media, y la entrega de paquetes de víveres que se impulsa desde el inicio de la pandemia del nuevo coronavirus en 2020. En una escala del 1 al 10, “8,7 es la calificación que recibe el presidente de la República en su segundo año de gestión”.
Para el sociólogo de la estatal Universidad de El Salvador (UES), René Martínez, “no es de extrañar la alta aprobación” que mantiene el mandatario entre la población. “El gobierno tiene una oposición, pero que no es determinante para cambiar la percepción de la población que ahora está más informada, tienen las redes sociales, tienen un gobernante que se comunica con ellos por esos canales, es más cercano a ellos”, dijo Martínez a la AFP.
Los cuestionamientos
Bukele ya había sido criticado por tener actitudes autoritarias al haber llegado escoltado por militares al Congreso el 9 de febrero de 2020 -en ese momento controlado por la oposición- para pedir la aprobación de un préstamo para seguridad ciudadana. El gobierno también prepara una reforma a la Constitución, que actualmente no permite la reelección. Y aunque el gobierno ha rechazado que Bukele se repostule, en la encuesta de CIESCA, los salvadoreños apoyan esa posibilidad en un 95%.
“El Salvador vive tiempos que solo pueden calificarse de inquietantes y peligrosos. A pesar de la poca claridad de hacia dónde se dirige el país, una importante mayoría de la población confía ciegamente en el presidente y apoya sus decisiones con independencia de las consecuencias”, advierte en un editorial la influyente Universidad Centroamericana (UCA).
Una de las polémicas decisiones del gobierno de Bukele se dio el sábado 1° de mayo cuando la nueva Asamblea Legislativa, donde los aliados del presidente tienen 61 de 84 escaños, destituyeron en cuestión de minutos a cinco miembros de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, la más importante de ese tribunal, y al fiscal general de la República. Estos magistrados frenaron medidas presidenciales, la mayoría sobre regímenes de excepción, que vulneraban los derechos fundamentales de los salvadoreños.
Michelle Bachelet, alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, advirtió que la destitución de los magistrados “socava gravemente la democracia y el Estado de derecho”, una advertencia que lanzaron decenas de organizaciones internacionales. Ante las críticas, Bukele se declaró dispuesto a seguir trabajando con la comunidad internacional, pero les pidió mantenerse al margen. “Estamos limpiando nuestra casa, y eso no es de su incumbencia”, aseguró.
Pero para limpiar la casa Bukele no solo empezó a despejar el camino en los altos tribunales. La libertad de expresión también se vio afectada. Nelson Rauda, periodista de El Faro, le dijo a este diario el 4 de mayo que los ataques a la libertad de prensa, según ha registrado la Asociación de Periodistas de El Salvador, se triplicaron entre el último gobierno de la administración anterior del FML y el primer año de Bukele en el poder.
“¿Cómo se llegó hasta este punto en el país? El mismo Bukele lo avisó, y no solo con lo que pasó el 9 de febrero del año pasado; desmanteló los comisionados del Instituto de Acceso a la Información Pública, que fue la entidad que reveló muchas de las tramas de corrupción en administraciones anteriores, y utilizó al Ministerio de Hacienda como un ente de persecución política contra El Faro”, dijo Rauda.
AFP