Los directores del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Mundial del Comercio (OMC) solicitaron a la comunidad de donantes una inversión de 50.000 millones de dólares que serviría para generar nueve billones de dólares en beneficios económicos mundiales en 2025 e impulsaría la capacidad de fabricación y suministro de productos sanitarios.
La declaración conjunta se basa en un reciente análisis del Fondo Monetario Internacional, según el cual es necesario destinar ese monto a nuevas inversiones de suministros de salud para aumentar su capacidad de fabricación, abastecimiento, circuitos comerciales y entrega, acelerando la distribución equitativa de material de diagnóstico, oxígeno, tratamientos, suministros médicos y vacunas.
La inyección económica también busca dar un gran impulso al crecimiento mundial, indican los organismos en una declaración publicada en periódicos de de numerosos países.
El cuarteto de líderes afirmó que los gobiernos deben actuar sin más demora o arriesgarse a que las oleadas continuas y los brotes repentinos de COVID-19, así como otras variantes del virus más transmisibles y mortales, socaven la recuperación mundial.
«Se calcula que con 50.000 millones de dólares se podrá acabar más rápidamente con la pandemia en los países en desarrollo, se reducirán las infecciones y la pérdida de vidas, se acelerará la recuperación económica y se generarán unos nueve billones de dólares adicionales en la producción mundial para 2025”, aseguraron los integrantes de la iniciativa.
La propuesta coincide con los análisis económicos de la Cámara de Comercio Internacional y del Grupo Eurasia, que defienden una inversión relativamente modesta por parte de los gobiernos en comparación con los billones gastados en planes de estímulo nacionales y los billones perdidos de producción económica. El elemento esencial del proyecto es que fomenta la vacunación global y salva la brecha de inequidad.
Los responsables de los cuatro organismos subrayaron que es necesario aumentar las aspiraciones y vacunar a más personas con mayor rapidez. “La OMS y sus socios de COVAX se han fijado el objetivo de vacunar a aproximadamente el 30% de la población en todos los países para finales de 2021″; sin embargo, indicaron que “este objetivo puede llegar incluso al 40% mediante otros acuerdos y un aumento de la inversión, y al menos al 60% para la primera mitad de 2022».
Por ello, instaron a los gobiernos a aprovechar las oportunidades de inversión para impulsar el suministro de vacunas, tanques de oxígeno, pruebas y tratamientos.
La declaración conjunta coincide con la clausura de la Asamblea Mundial de la Salud del día de ayer, y con el inicio de una serie de reuniones del G7, empezando por una reunión de ministros de finanzas a finales de esta semana, y siguiendo con una Cumbre Mundial de la Salud copatrocinada por la Unión Europea e Italia, que preside el G20.
«Para conseguir el suministro urgente de más vacunas, es necesaria la donación inmediata, la coordinación con los planes nacionales de distribución de las dosis a los países en desarrollo, incluyendo a través de COVAX», dijeron los altos funcionarios. «También se necesita cooperar en cuestiones comerciales para garantizar la libertad de los flujos transfronterizos y el aumento de los suministros de materias primas y vacunas acabadas».
Durante la rueda de prensa posterior al lanzamiento, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional destacó la necesidad de intensificar “una acción multifacética y coordinada” para luchar contra la pandemia en las partes del mundo que se están quedando atrás, sobre todo debido a la distribución desigual de las vacunas entre los países más ricos y los más pobres.
A continuación, Kristalina Georgieva lanzó al aire la siguiente pregunta: ¿por qué se preocupa el FMI de las vacunas?
“Estamos muy preocupados porque una pandemia que cada vez más va a dos velocidades está causando una recuperación a dos velocidades con consecuencias negativas para todos”, dijo Georgieva quien añadió que “nuestros datos muestran que, a corto plazo, vacunar al mundo es la forma más efectiva de fortalecer la producción global. Dicho de otro modo, la política de vacunas es política económica”
Por su parte, la directora general de la Organización Mundial del Comercio, la doctora Ngozi Okonjo-Iweala, advirtió sobre las limitaciones en la capacidad de fabricación de las vacunas.
“El mundo tiene normalmente capacidad para fabricar unos 5.000 millones de dosis de vacunas, pero ahora necesitamos entre 10.000 y 15.000 millones de dosis, dependiendo de si necesitamos dosis de refuerzo”, destacó.
Okonjo-Iweala señaló que no se ha invertido lo suficiente en capacidad de fabricación y que actualmente trabaja junto a los fabricantes, la Organización Mundial de la Salud y la Alianza para las Vacunas, Gavi, entre otros, para tratar de rectificar esta situación.
La tasa de mortalidad sigue muy alta en América Latina
Con relación a la evolución del coronavirus en América Latina el doctor Mike Ryan, director de Emergencias de la Organización Mundial de la Salud, explicó que la situación en América Latina sigue siendo muy preocupante.
“Ocho de los diez países que han registrado las mayores tasas de mortalidad por población en la última semana son de la región de las Américas, en particular de América del Sur”, alertó el experto.
Advirtió de un aumento de la mortalidad en algunos países, particularmente en Paraguay y Bolivia donde se registró un aumento superior al 20% durante la última semana.
“Cuando se observan las tasas de mortalidad en Sudamérica, en general son más altas que en muchas partes del resto del mundo, oscilando entre el 3 y el 5% y, de nuevo, esto puede reflejar la gravedad de la enfermedad, pero también refleja el acceso a una atención sanitaria adecuada y la presión a la que se ha visto sometido el sistema en muchos países sudamericanos durante mucho tiempo, a pesar de los magníficos esfuerzos de los trabajadores y los sistemas sanitarios por conseguirlo”, reflexionó.
D.A.