Tras las las conversaciones de los líderes mundiales, tocaron el tema donde se trató el tema de la recuperación de una economía mundial paralizada por la pandemia y un reparto más equitativo de las vacunas contra el covid-19.
Lo anterior como consecuencia de los múltiples llamados a la solidaridad, los líderes acordarán proporcionar “al menos mil millones de dosis” compartiéndolas o financiándolas y aumentar la capacidad de producción, con el objetivo de “acabar con la pandemia en 2022”, según Downing Street.
Estados Unidos ya se comprometió a donar 500 millones de dosis de Pfizer/BioNTech y el Reino Unido 100 millones de vacunas excedentes, principalmente mediante el programa Covax.
Pero es insuficiente para oenegés como Oxfam, quien recuerda que se necesitan al menos 11.000 millones de dosis para erradicar una pandemia que ya ha matado a 3,7
millones de personas.
En su opinión, el G7 debería aprobar la suspensión de las patentes para permitir la producción masiva, una propuesta apoyada por Francia y Estados Unidos pero a la que Alemania se opone firmemente.
Una cuarta parte de los 2.300 millones de dosis administradas en todo el mundo hasta la fecha lo fueron en los países del G7, que sólo albergan 10 por ciento de la población mundial. Los países de renta baja, según la definición del Banco Mundial, cuentan actualmente con sólo el 0,3 por ciento de las dosis inyectadas.
Presidencia La lucha contra el cambio climático
La lucha contra el cambio climático será la otra prioridad de la cumbre. Johnson ambiciona llevar a cabo una “revolución industrial verde” para reducir a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030.
Para preservar la biodiversidad, quiere que el G7 se comprometa a proteger “al menos el 30 por ciento” de la tierra y los océanos para esa fecha. El club de las siete grandes economías también debería promover la inversión en infraestructuras limpias en los países en desarrollo para estimular y descarbonizar sus economías.
Según el responsable estadounidense, el objetivo es ofrecer un contrapeso a las “nuevas rutas de la seda”, un importante proyecto de China para construir infraestructuras en el extranjero con el fin de aumentar su influencia.
Los ministros de Medioambiente del G7 ya se comprometieron en mayo a poner fin a las ayudas públicas a las centrales eléctricas de carbón este año, prometiendo “esfuerzos ambiciosos y acelerados” para reducir sus emisiones de CO2.
En la víspera de la cita, Johnson y Biden mostraron un frente común sobre la emergencia climática, firmando una nueva “Carta Atlántica” que también hace hincapié en la necesidad de hacer frente a los ciberataques. Johnson describió la relación entre Londres y Washington como “indestructible”.
Pero si los dos grandes aliados están en sintonía sobre grandes temas internacionales como los desafíos que plantean China o Rusia, las tensiones persisten sobre Irlanda del Norte, en el centro de una disputa posbrexit entre el Reino Unido y la Unión Europea.
Biden se abstuvo de hacer críticas públicas, pero los líderes europeos pretenden recordar a Johnson su compromiso con los acuerdos firmados, que Londres vulnera debido a las tensiones que provocan en esa región británica. Según la policía local, unas 3.000 personas protestaron el jueves por la noche en Belfast contra las nuevas medidas posbrexit.
D.A.