‘El caso es que estamos ingresando mucho dinero. Como país, estamos ingresando mucho dinero’, dijo el mandatario estadounidense.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró que este lunes hablará sobre la posible aplicación de aranceles a los semiconductores, en medio de la guerra comercial que mantiene con China y ante las crecientes dudas acerca de la presunta errática estrategia en este terreno.
Tras haber sacudido los mercados durante los últimos diez días por anunciar primero la aplicación generalizada de un gran volumen de aranceles al resto de mundo y recular después, para redoblar su ofensiva contra Pekín mientras el costo de financiación de la deuda estadounidense continuaba al alza, este fin de semana se supo que Washington ha decidido dejar infinidad de productos tecnológicos chinos sin gravar.
Al ser preguntado por la decisión de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) de excluir teléfonos, computadoras, pantallas y todo tipo de componentes tecnológicos chinos de las listas de bienes a los que se les aplicarían aranceles del 145 %, así como por la posibilidad de que su Gobierno anuncie gravámenes para los semiconductores que entren a Estados Unidos, Trump se limitó a decir que el lunes dará más información.
“Les daré la respuesta el lunes. Seremos muy específicos”, respondió el republicano a bordo del Air Force One, el avión presidencial estadounidense, rumbo a Miami, a donde se dirigió para acudir a una pelea de artes marciales mixtas.
“El caso es que estamos ingresando mucho dinero. Como país, estamos ingresando mucho dinero”, añadió Trump en referencia a la recaudación en aduanas, que se incrementó en marzo en unos 1,000 millones de dólares frente al dato de febrero, gracias a la aplicación de las primeras oleadas arancelarias que anunció sobre bienes chinos o sobre el acero y el aluminio.
Con los aranceles que aplican recíprocamente a sus importaciones por encima del 100 %, los mercados ansían la posibilidad de que Washington y Pekín comiencen a exhibir algún tipo de acercamiento para evitar que la guerra comercial entre las dos mayores economías del mundo se enquiste y derive en una recesión global.
El sábado, el Gobierno de Estados Unidos concedió exclusiones arancelarias para los teléfonos inteligentes, computadoras y otros productos electrónicos importados en gran medida desde China, librándolos de gran parte de los aranceles impuestos por el presidente Donald Trump.
La exclusión proporciona un alivio a las principales empresas de tecnología de Estados Unidos, entre ellas Apple, Dell Technologies y un sinnúmero de otros importadores.
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, dijo en un comunicado que Trump ha dejado claro que Estados Unidos no puede depender de China para fabricar tecnologías críticas como semiconductores, chips, teléfonos inteligentes y computadoras portátiles.
Bajo la dirección de Trump, agregó, las principales empresas de tecnología, como Apple y los fabricantes de chips Nvidia y Taiwan Semiconductor “se están apresurando para relocalizar su fabricación en Estados Unidos tan pronto como sea posible”.
Incluso con una tasa arancelaria más baja del 54% sobre las importaciones chinas, los analistas habían previsto que el precio de un iPhone de Apple de gama alta podría saltar a 2,300 dólares desde 1,599 dólares. Aproximadamente el 90% de la producción y ensamblaje del iPhone de Apple se realiza en China, según estimaciones de Wedbush Securities.
Los teléfonos inteligentes fueron la principal importación estadounidense de China en 2024, con un total de 41,700 millones de dólares, mientras que las computadoras portátiles fabricadas en China ocuparon el segundo lugar, con 33,100 millones de dólares, según datos de la Oficina del Censo de Estados Unidos.