La situación en la frontera entre Israel y Líbano se agrava con enfrentamientos diarios y amenazas de guerra total.
El ejército israelí ha confirmado este martes que se han “aprobado y validado” planes para una posible ofensiva en Líbano. Este anuncio se produce en un contexto de intensificación de los enfrentamientos con el movimiento chiita Hezbolá y una relativa calma en los combates en Gaza.
La escalada de la guerra en Gaza ha incrementado las tensiones en la región, con enfrentamientos casi diarios entre las fuerzas israelíes y Hezbolá, un grupo respaldado por Irán y aliado de Hamás. La frontera entre Israel y Líbano se ha convertido en un punto caliente, reflejando la volatilidad de la situación.
En un comunicado, el ejército israelí indicó que «se aprobaron y validaron planes operativos para una ofensiva en Líbano» durante una reunión de comandantes destinada a evaluar la situación. Esta declaración subraya la gravedad de la situación y la posibilidad de un conflicto más amplio en la región.
Las tensiones se exacerbaron aún más con las declaraciones del canciller israelí, Israel Katz, quien amenazó con destruir a Hezbolá en una “guerra total”. Estas advertencias llegaron poco después de que Israel anunciara una “pausa” diaria en su actividad militar en la ciudad de Rafah, ubicada en el sur de la Franja de Gaza. Esta pausa tiene como objetivo facilitar el suministro de ayuda humanitaria coincidiendo con la celebración de la fiesta musulmana del Eid al Adha.
El respaldo de Irán a Hezbolá y su alianza con Hamás complican aún más la dinámica regional, aumentando el riesgo de un conflicto a gran escala que podría tener repercusiones significativas en el Medio Oriente. La aprobación de los planes ofensivos por parte de Israel es un claro indicio de que el país está preparado para escalar las acciones militares si la situación lo requiere.
La comunidad internacional observa con preocupación este aumento de las tensiones, conscientes de las posibles consecuencias de una guerra total en la región. La validación de los planes ofensivos y las declaraciones belicosas de los líderes israelíes y de Hezbolá resaltan la fragilidad de la paz y la inminente posibilidad de un conflicto más amplio.