Con un sentido evento conmemorativo se dieron cita familiares del fallecido Ernesto Cortissoz Álvarez Correa, la banda de la Escuela Naval de Suboficiales ARC de Barranquilla, funcionarios de la Gobernación del Atlántico y del Distrito de Barranquilla, para recordar a los pioneros de la aviación colombiana.
Hace 100 años, un 8 de junio de 1924, el hidroavión ‘Tolima A-16” de la empresa Scadta (luego convertida en Avianca) se precipitó a tierra cuando desde él sus ocupantes arrojaban volantes en los que pedían recursos para la canalización de Bocas de Ceniza. Murieron seis personas, entre ellos el capitán Hellmunth von Krohn, y Ernesto Cortissoz, reconocido banquero, empresario y presidente de la compañía colombo alemana Scadta.
“Ellos trabajaron durante muchos años para que se hicieran las obras de canalización del río Magdalena, para que Barranquilla tuviese el puerto marítimo. Y mi abuelo Ernesto tomó el liderazgo junto con otros barranquilleros”, recordó Jorge Cortissoz.
La secretaria de Hacienda y gobernadora encargada, Nini Yohana Cantillo, destacó la importancia de conocer la historia y los personajes que marcaron una huella no solo en la vida del departamento sino también en el nacimiento de la aviación en Latinoamérica.
“Por ellos, por nuestra propia memoria, por la necesidad de que las nuevas generaciones conozcan la historia, éste y muchos homenajes más, porque hombres como Ernesto Cortissoz, cuyo nombre lleva el aeropuerto internacional, bien merecen ser recordados por siempre”, afirmó la funcionaria.
Durante la conmemoración intervino Ernesto Cortissoz Cabrera (nieto) quien recordó la memoria de los fallecidos durante el trágico accidente. Igualmente, los asistentes hicieron un minuto de silencio y se entregó una ofrenda floral a la familia Cortissoz.
El homenaje hizo parte de una serie de eventos conmemorativos que incluyó actividades académicas en la Universidad del Norte y el Colegio Alemán. “Hoy tenemos este homenaje a mi a abuelo, a von Krohn, y a los demás fallecidos”, concluyó Jorge Cortissoz.