El menor había fallecido la mañana del pasado 3 de septiembre, debido a un padecimiento congénito tras permanecer once días en la unidad de cuidados especiales neonatales en un hospital en Oaxaca, México.
A los pocos días los familiares del bebé se dirigieron a la entidad a reclamar el cuerpo para darle cristiana sepultura, pero se llevaron una lamentable sorpresa cuando se percataron que de la caja entregada escurría sangre.
A pesar que en el hospital les advirtieron que no abrieran el baúl, decidieron hacer caso omiso y optar por sacar el cuerpo del menor. En ese momento fue cuando descubrieron que se trataba de una extremidad perteneciente a un hombre mayor.
¿Quién tiene la culpa del error?
Según medios locales, una vez que la familia se percató del incidente, regresaron a la clínica para reclamar el cuerpo del menor y fue entregado.
El reporte de la Fiscalía del estado de Oaxaca indica que se trató de un “error humano” y que no existió un delito, pues los restos fueron entregados a los padres.
Un comunicado emitido por el hospital señaló que los empleados no tuvieron la culpa e indicó que los responsables eran el padre y los funcionarios de la funeraria, debido a que habían llegado a la hora equivocada y no corroboraron el contenido de la caja.
“Resulta fundamental otorgar un tratamiento digno y diligente a los procedimientos relacionados con la disposición de cadáveres, atendiendo los protocolos y leyes establecidas en el ámbito federal y local”, indicó la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca, quienes dijeron que investigaran el lamentable caso.