Con historial de uso excesivo de la fuerza, el expolicía Derek Chauvin será sentenciado este viernes por el asesinato del afroestadounidense George Floyd, tras arrodillarse sobre su cuello durante casi 10 minutos, en un hecho que los fiscales calificaron de “abuso de autoridad impactante”.
La muerte de Floyd, de 46 años, ocurrió el 25 de mayo de 2020 en Minneapolis, Minnesota, tras ser detenido por supuestamente comprar cigarrillos con un billete falso, desató una ola de protestas contra el racismo y la brutalidad policial.
Descrito por colegas como rígido y silencioso, Chauvin mantuvo su rodilla sobre el cuello de Floyd pese a las súplicas del detenido y de los transeúntes conmocionados que registraron en video con sus celulares la agonía.
Durante el juicio de tres semanas, el abogado de Chauvin, Eric Nelson, dijo que su cliente “exudaba una actitud calma y profesional” al detener a Floyd, y que “no usó fuerza ilegal a propósito”, sino que actuó según su entrenamiento.
La fiscalía argumentó, con éxito, que Chauvin, de 45 años, había usado fuerza excesiva, no solo con Floyd, sino con otras personas a las que arrestó durante sus 19 años de carrera en la fuerza.
En el alegato final, el fiscal Steve Schleicher describió las acciones de Chauvin como un “abuso de autoridad impactante”. “Esto no fue un acto policial, esto fue un homicidio”, aseveró.
Unas 22 demandas
Quienes conocen a Chauvin dijeron que usaba más fuerza de la necesaria en sus detenciones. La fiscalía exhibió varios ejemplos de su “modus operandi”, incluido el caso de Zoya Code, una joven negra arrestada en 2017 acusada de violencia por su madre.
“Se apoyó en mi cuello”, dijo Code recientemente sobre Chauvin. Frustrada y molesta, lo desafió a presionar más fuerte. “Entonces lo hizo. Sólo para callarme”, contó.
Andre Balian, un instructor de kung fu que entrenó con Chauvin hace unos 20 años, dijo que “no había forma” de que el expolicía no se diera cuenta del daño que hacía o era capaz de hacer y en una entrevista en junio de 2020 lo calificó como un “imbécil”.
Se han filtrado pocos detalles sobre Chauvin, pero excolegas bajo condición de anonimato esbozaron en los medios el retrato de un hombre silencioso, inflexible y adicto al trabajo que a menudo patrullaba los barrios difíciles.
Su compromiso le valió cuatro medallas a lo largo de su carrera. Pero también acumuló 22 demandas e investigaciones internas, según un registro público que no incluye los detalles.
Durante las noches entre semana, Chauvin trabajó durante mucho tiempo en la seguridad de un club nocturno de Minneapolis, El Nuevo Rodeo, donde sus métodos de mano dura también dejaron un amargo recuerdo.
La expropietaria Maya Santamaría habló en la prensa de un hombre “con una mecha muy corta” pues se alteraba rápidamente, agregando que era “un poco racista” y hacía un uso generoso de gases lacrimógenos ante el menor incidente. Coincidentemente, Floyd trabajó como portero en el mismo establecimiento, pero no se sabe si alguna vez coincidieron.
Solitario en el trabajo, Chauvin se casó en 2010 con una refugiada de Laos. En mayo de 2020 ella pidió el divorcio. Un tribunal abrió una demanda por fraude fiscal contra la pareja y, en noviembre, un juez rechazó el acuerdo de divorcio que pedía que todos sus bienes fueran transferidos a su esposa. Ese arreglo habría protegido los bienes del pago de daños.
En marzo, la ciudad de Minneapolis llegó a un acuerdo con la familia de Floyd, que había interpuesto una demanda civil por el asesinato, bajo el cual pagó una indemnización de 27 millones de dólares.
Sentencia
La ley del estado de Minnesota establece una sentencia mínima de 12 años y medio de cárcel para el expolicía blanco de 45 años, encarcelado desde que fue declarado culpable de homicidio hace dos meses.
Pero el juez Peter Cahill, quien dictará la sentencia a las 13:30 hora local en un tribunal de Minneapolis, identificó circunstancias agravantes que podrían indicar una sentencia mucho más severa.
Cualquiera que sea la decisión judicial, la defensa planteará una apelación. Nelson anticipó su intención de pedir la anulación del veredicto, citando dudas sobre la imparcialidad de algunos miembros del jurado.
Pero el caso no termina con Chauvin: sus tres excolegas serán juzgados en marzo de 2022 por cargos de complicidad en homicidio.
Paralelamente, los cuatro hombres también enfrentan cargos federales por violar los derechos constitucionales de Floyd. Aún no se ha fijado una fecha para ese juicio.