En las últimas horas así lo dio a conocer el gobierno de los Estados Unidos, en el cual las autoridades estadounidenses explican que el Gobierno de Venezuela hasta ahora, no ha cumplido con su compromiso en términos de abrir un proceso democrático y electoral.
Como se recuerda, la administración del presidente Joe Biden, tras los acuerdos alcanzados en Barbados entre miembros del gobierno de Nicolás Maduro y la oposición, optó por ofrecer esta “zanahoria” como estrategia para impulsar un proceso electoral libre y democrático que incluyera la participación de todos los candidatos. Sin embargo, la letra menuda incluía una amenaza de que las sanciones volverían en caso de que no se presentaran avances en esta materia.
Por su parte, las autoridades norteamericanas también explicaron que se mantiene la licencia 41 que permite las operaciones de la compañía CHEVRON desde el 2022.
Según EE.UU., esta licencia fue otorgada tras el compromiso del Gobierno Venezolano de participar en conversaciones con la oposición, algo que sí sucedió.
Cabe destacar que de igual manera los EE.UU. explicó que empresas individuales ahora pueden solicitar licencias específicas relacionadas con las actividades en el sector de petróleo y gas de Venezuela, que se evaluarán caso por caso.
Para Washington, la decisión de excluir a Machado y a su reemplazo, Corina Yoris, son claros incumplimientos a los acuerdos de Barbados que justifican la reimposición del castigo.
“El régimen de Maduro, aterrado al reconocer que perdería en unas elecciones libres, obviamente no ha cumplido con sus obligaciones en virtud del acuerdo de Barbados. Esto deja a la administración Biden sin otra opción que reimponer las sanciones que levantó para fomentar una apertura democrática. La credibilidad de Estados Unidos está en juego. Eso no quiere decir que sea una decisión fácil. Revertir las sanciones a los envíos de petróleo podría elevar el precio del petróleo en un año electoral y podría ser una bendición económica para China, un importante comprador de petróleo venezolano”, le dijo a este diario un exdiplomático estadounidense con larga experiencia en la región.
Pero la puerta no se ha cerrado del todo. Esta semana, la Casa Blanca confirmó una reunión de emergencia en México entre el encargado de negocios para Venezuela, Francisco Palmieri; el asesor de seguridad nacional para el hemisferio, Dan Erikson, y funcionarios del gobierno de Maduro.
Aunque según Estados Unidos la reunión fue para “expresar su preocupación por el proceso electoral en Venezuela”, es claro que el tema de las sanciones, y su reimposición, estuvo en la mesa.
Es posible, por ejemplo, que Washington opte por una reimposición parcial de las sanciones a la espera de futuros desarrollos.
En todo caso, la decisión de utilizar nuevamente “el martillo” contra Maduro deja a Colombia en una posición incómoda. De hecho, y también esta semana, el canciller (e) de Colombia, Luis Gilberto Murillo, expresó su rechazo total al régimen de sanciones justo después de una reunión con estos mismos funcionarios estadounidenses en Washington.
Así mismo, tampoco ha caído bien la decisión del gobierno colombiano de “avalar” las elecciones al ofrecerse como observador.