La victoria de Claudia Sheinbaum le permitirá un mandato sin precedentes en México, pero el éxito en el manejo de las relaciones con Estados Unidos, depende de cómo pueda navegar un posible choque si Donald Trump regresa a la Casa Blanca.
Esta posición la han asumido exdiplomáticos y analistas políticos, tras la victoria de la mujer en las urnas el pasado domingo.
Sheinbaum está estrechamente alineada con el mandatario saliente, Andrés Manuel López Obrador. Conocido como AMLO, el presidente mexicano encontró sorprendentes puntos en común con Trump en su primer mandato a pesar de las tensiones sobre comercio y migración.
Sin embargo, es poco probable que los lazos fluidos entre los dos populistas se reproduzcan con Sheinbaum, según analistas y exdiplomáticos, dado su estilo más reservado y disciplinado.
“No creo que ella tenga el tipo de ‘bromance’ que López Obrador tuvo con Donald Trump”, dijo Arturo Sarukhan, quien fue embajador de México en Estados Unidos de 2007 a 2013.
Sheinbaum será muy consciente de que sus promesas de ampliar los programas de bienestar y continuar con las políticas que han ayudado a su partido a sacar a millones de mexicanos de la pobreza dependen de tener una economía estable y en crecimiento, y eso requiere de Estados Unidos.
En 2023, México superó a China para convertirse en el mayor socio comercial de Estados Unidos. Alrededor del 80% de las exportaciones mexicanas se dirigen hacia Norteamérica.
Además de la política comercial, Washington presiona al gobierno mexicano para que tome medidas enérgicas frente la producción y el tráfico de drogas, especialmente fentanilo, y frente el movimiento de migrantes hacia el norte.
Trump y otros republicanos también han intensificado su discurso sobre la movilización de soldados o el lanzamiento de misiles para combatir a los cárteles de la droga de México, medidas a las que el gobierno mexicano se opondría vehementemente.