El presidente de EE.UU., Joe Biden, firmó este jueves una orden ejecutiva que amplia la lista de empresas chinas en las que no pueden invertir los ciudadanos estadounidenses.
Se trata de 59 compañías que presuntamente venden tecnologías de vigilancia al Ejército del gigante asiático, entre ellas Huawei y las tres mayores empresas de telecomunicaciones del país: China Mobile, China Unicom y China Telecom.
Además, el decreto –que entrará en vigor el próximo 2 de agosto– afecta al fabricante de aeronaves China Aviation Industry Corporation, uno de los gigantes militares chinos más conocidos, y a Hikvision (Hangzhou Hikvision Digital Technology Co.), desarrollador de cámaras de vigilancia y tecnología de reconocimiento facial, que habría ayudado a las autoridades chinas a implementar iniciativas de ‘ciudad segura’ en la región de Sinkiang, donde vive el grupo étnico de los uigures.
Según detalló la Casa Blanca en un comunicado, esta medida permitirá al país norteamericano «prohibir –de forma selectiva y con alcance– las inversiones estadounidenses en empresas chinas que socavan la seguridad o los valores democráticos de EE.UU. y sus aliados»
La Administración señaló que esa medida, además, impide que los dólares estadounidenses apoyen al «sector de la defensa de China, al tiempo que amplía la capacidad del Gobierno estadounidense para hacer frente a la amenaza de las empresas tecnológicas chinas» que contribuyen a «la vigilancia de las minorías religiosas o étnicas o facilitan de otro modo la represión y los graves abusos contra los derechos humanos».
Con este paso da Biden continuidad a la línea de su predecesor, Donald Trump, que en su momento prohibió a los estadounidenses comprar acciones de 31 empresas chinas por supuesta cooperación con los militares.
Por su parte, el economista Juan Carlos Bermejo destacó que el telón de fondo de estas políticas es el deseo de Estados Unidos de «conservar su hegemonía, tanto económica como monetaria».
D.A.