Las altas temperaturas batieron el martes un récord histórico en el Reino Unido, afectado por la ola de calor que azota a Europa occidental y ha provocado incendios forestales que siguen incontrolables en la península Ibérica.
En la localidad de Charlwood, cerca del aeropuerto londiense de Gatwick, situado al sur de la capital británica, se registraron 39,1ºC antes del mediodía, informó la agencia meteorológica británica, precisando que las temperaturas seguirían aumentando durante el día.
El precedente récord en el país era de 38,7ºC, registrados el 25 de julio de 2019 en Cambridge.
Esta es la segunda ola de calor que sufre Europa en apenas un mes. Su aumento es, según los científicos, una consecuencia directa de la crisis climática, ya que las emisiones de gases de efecto invernadero incrementan su intensidad, duración y frecuencia.
En España, donde la ola de calor extremo comenzó hace nueve días, los fuegos persistían, especialmente en la provincia de Zamora (noroeste), que ya sufrió un gran incendio hace un mes.
Según las autoridades regionales, casi 6.000 personas tuvieron que ser evacuadas.
El tráfico ferroviario permaneció suspendido entre Madrid y Galicia, región del noroeste conocida como una de las mayores reservas de lobos de Europa, donde casi 30.000 hectáreas de terreno ya habían ardido en un incendio anterior en junio.
Tras varios días en los que se superaron los 40ºC en gran parte del país, la agencia de meteorología española anunció una ligera tregua. Pero los termómetros debían mantenerse cerca de los 40ºC en algunas zonas y volver a subir a partir del miércoles, sobre todo en Madrid y Andalucía. Podrían volver a alcanzarse los 44ºC en Sevilla este fin de semana.
Ya el lunes la temperatura subió en el este de Inglaterra hasta 38,1°C, la tercera más alta en la historia del país, que ese día vivió su noche más calurosa, según el servicio meteorológico. En algunos lugares el mercurio no bajó de los 25ºC.
La agencia de salud y seguridad británica emitió su primera alerta roja, advirtiendo de que el calor es un riesgo incluso para los jóvenes y las personas en buena salud.
El gobierno del dimisionario Boris Johnson fue acusado de no tomarse el fenómeno con seriedad después de que el primer ministro no acudiese el domingo a una reunión de emergencia sobre la ola del calor y asistiese en su lugar a una fiesta de despedida.