Al menos 375 personas murieron tras el paso de Rai por Filipinas, el peor tifón que ha azotado este año al país, informó la policía, mientras se intensifican los esfuerzos por llevar alimentos y agua a las islas devastadas.
Al menos 500 personas resultaron heridas y 56 desaparecieron luego de que el tifón Rai arrasó el sur y centro del archipiélago, según la policía.
La Cruz Roja Filipina reportó una “completa carnicería” en las zonas costeras golpeadas por Rai, que de casas, hospitales y escuelas “hechas trizas”.
Más de 300.000 personas abandonaron sus casas y hoteles de playa luego del paso de Rai, dejando a varias zonas sin comunicaciones ni servicio eléctrico, mientras en otros sitios arrancó techos y derribó postes de electricidad.
“Nuestra situación es desesperada”, declaró Ferry Asuncion, un vendedor callejero en la ciudad de Surigao, devastada por la tormenta.
El sábado el ciclón se alejó avanzando por el mar de China Meridional y el domingo estaba frente a las costas de Vietnam avanzando hacia el norte.
Por su parte, el papa Francisco al finalizar su oración dominical tradicional del Ángelus, expresó su “cercanía con el pueblo de Filipinas”, país en su mayoría católico.