En el barrio Paraíso de Malambo, una tragedia ha dejado una profunda huella de dolor y conmoción. Jan Alexander Rocha Fuentes, un niño de 11 años, perdió la vida el pasado martes tras recibir dos disparos. El autor del crimen sería Fabián Quintero Ramírez, exmilitar retirado y expareja de la madre del menor, Liney Fuentes Cabrera.
Según los relatos iniciales, Quintero Ramírez habría irrumpido en la vivienda familiar con intenciones de atacar a Liney. Al no encontrarla, disparó contra su exsuegra, Leski Isabel Cabrera Mármol, de 59 años, quien ahora se encuentra estable en un centro médico. Luego, el hombre apuntó contra el menor, quien intentó proteger a su abuela.
Un historial de amenazas ignorado
Liney Fuentes Cabrera, visiblemente afectada, narró los difíciles momentos que vivió antes del crimen. Según su testimonio, había recibido múltiples amenazas de muerte por parte de su expareja, quien supuestamente había utilizado su reciente conversión al cristianismo como excusa para separarse.
“Él me dijo que era pastor, que ya no podíamos seguir juntos porque yo no buscaba los caminos de Dios. Pero luego empezó a acosarme, a insultarme y a amenazarme con matarme y picarme en pedazos”, relató Fuentes Cabrera.
Aunque ella denunció estas amenazas ante la Fiscalía, no recibió la protección necesaria. “Solo me dijeron que si tenía problemas, llamara a la Policía”, lamentó.
Un crimen que sacudió al barrio Paraíso
La tarde del martes, Quintero llegó a la casa preguntando por Liney. Según testigos, al no obtener respuesta, sacó un arma de fuego y disparó tres veces contra Leski Isabel. Posteriormente, atacó a Jan Alexander, causándole heridas fatales.
“El disparo a mi hijo fue para hacerme sufrir más. Él quería matarme, pero prefirió arrebatarme lo que más amaba en la vida”, expresó entre lágrimas la madre del niño.
Clamor por justicia
El hecho ha desatado una ola de indignación en la comunidad y ha generado un llamado urgente a las autoridades para reforzar la protección a víctimas de violencia intrafamiliar. La alcaldesa de Malambo condenó el homicidio y exigió que todo el peso de la ley recaiga sobre el responsable.
“Mi hijo era un niño lleno de vida y sueños. Quiero que este caso no quede en el olvido y que se haga justicia. Su vida no puede ser en vano”, concluyó Liney.
Mientras tanto, Quintero Ramírez se encuentra bajo custodia policial, enfrentando cargos por homicidio y tentativa de homicidio. La comunidad espera que este caso marque un precedente en la lucha contra la violencia de género y familiar en Colombia.