El comienzo del 2024 ha sido sombrío para las mujeres en el Atlántico, pues la violencia de género se ha cobrado la vida de varias víctimas en solo los primeros meses del año. Desde el primer día del año, el panorama comenzó a tornarse sombrío con el asesinato de Jessica Martínez Castro, una vecina del barrio Bellarena, en Barranquilla, quien fue baleada mientras celebraba el inicio de año en la terraza de una vivienda. El impacto en su cabeza la dejó en estado crítico, y a pesar de los esfuerzos médicos, murió días después.
Primer homicidio en Sabanagrande
Pero la tragedia no se detuvo allí. El 2 de enero, en Sabanagrande, municipio del oriente del Atlántico, se registró el primer homicidio de una mujer en este territorio. La víctima fue Jessica Paola Barandica Carrillo, una mujer de 35 años, quien fue asesinada de un disparo en la cabeza tras abrir la puerta de su casa a un desconocido. Aunque inicialmente se desconocían los móviles, las investigaciones apuntaron a que ‘Jenny Pao’, como la conocían, podría haber tenido vínculos con la estructura criminal ‘Los Pepes’, en Sabanagrande.
La violencia se expande
La violencia extrema contra las mujeres en el Atlántico no solo se ha limitado a estos dos casos, sino que, para el mes de febrero, ya se contabilizaban al menos diez víctimas fatales en el departamento. Leidy Dianis Rincón Díaz, alias ‘la Mona’, de 29 años, fue otra de las víctimas. El 3 de febrero, perdió la vida en un ataque de sicariato en el barrio Los Caracoles, en Sabanagrande, un hecho que evidenció la creciente presencia de mujeres en escenarios de violencia, relacionadas con organizaciones criminales como ‘Los Costeños’.
Con ‘Los Costeños’ y ‘Los Pepes’ enfrentándose en una disputa violenta por el control de rentas criminales, las mujeres y adolescentes se han visto atrapadas en este ciclo de violencia, participando en actividades ilegales como el microtráfico, el sicariato y el cobro de extorsiones. Leidy Dianis, quien había sido detenida en 2022 como parte de la organización ‘Los Costeños’, había escalado en las filas del crimen organizado, lo que pudo haber llevado a su asesinato como represalia por la muerte de Jessica Paola Barandica.
Preocupante aumento de la violencia
Según expertos en seguridad, la pugna entre las facciones criminales de ‘Los Pepes’ y ‘Los Costeños’ ha dejado más de 700 muertes entre marzo de 2022 y diciembre de 2023, y las cifras de violencia siguen aumentando en 2024, con mujeres, y especialmente adolescentes, siendo más visibles en este conflicto.
Impacto en el primer semestre de 2024
Al cierre del primer semestre de 2024, el número de asesinatos de mujeres en el Atlántico ya había igualado la cifra registrada en todo 2023, con un total de 41 víctimas mortales, de las cuales al menos seis fueron catalogadas como feminicidios. Esta alarmante cifra refleja no solo la crisis de violencia contra las mujeres, sino también la creciente participación de ellas en los sectores más oscuros de la criminalidad, a menudo impulsadas por la falta de oportunidades.
Reflexión
El inicio de este año en el Atlántico es un recordatorio sombrío de la realidad que enfrentan muchas mujeres en Colombia: la violencia de género sigue siendo una de las problemáticas más graves del país. Es crucial que se tomen medidas efectivas para proteger a las mujeres y garantizar que su voz sea escuchada, para frenar esta creciente ola de crímenes que sigue arrebatan vidas de forma impune.
Feminicidios, otro capítulo
En cifras reveladas días atrás por la directora de la Regional Atlántico de Medicina Legal, Marjorie Cervantes, en medio del tercer Congreso Regional de No Violencia Contra la Mujer, se expuso que solo entre el sicariato, el ajuste de cuentas y el feminicidio, entre otras circunstancias, se habían cobrado las vidas de 34 mujeres en Atlántico, entre enero y octubre del presente año. (Ver infografía).
Precisamente el 21 de enero se registró el primer caso de feminicidio en Departamento y tuvo lugar en Soledad, cuando resultó como víctima fatal en la urbanización El Río Limcy Zulmira De Moya Villanueva, de 40 años.
Al parecer, una pareja de la mujer ordenó su asesinato cuando esta decidió no ir a visitarlo a la cárcel.
Otro hecho que captó la atención de la ciudadanía fue el feminicidio de Lorena Patricia Avendaño Urueta, la comerciante de 41 años de edad que vivía en el municipio de Usiacurí. La mujer murió asfixiada a manos de su pareja en la madrugada del martes 5 de marzo dentro de una vivienda del barrio Salsipuedes.
El municipio se paralizó temporalmente. No era para menos, se trataba de una hija de esta pequeña población y por lo que representaba haber tenido que avizorar la muerte violenta de una mujer, lo cual no ocurría en al menos los últimos 50 años. Casualmente ese episodio también habría derivado de un caso de violencia intrafamiliar.
Pero sin duda dos de los hechos que más estremecieron a los atlanticenses fueron las muertes en junio de Yina Paola Ariza, en Tubará, y Lilia Rosa Pertuz Castro, en Santo Tomás, ambas decapitadas por hombres.
Meses después se reportó el feminicidio de Gina Paola Rivera, una mujer que fue reportada como desaparecida desde el 19 de julio y luego fue hallada muerta y enterrada en una casa de Ciudad Paraíso, en Soledad. Por su muerte vincularon a un hombre llamado Deiser Toloza, también presuntamente involucrado en Soledad en el extravío de otra mujer de El Carmen de Bolívar.
Con la preocupación por el creciente número de homicidios dolosos en el Departamento, que hasta el jueves anterior sumaba 771 casos, superando el rubro de 2023, cuando hubo de enero a diciembre 769 eventos, movimientos sociales solicitaron a las autoridades civiles que se gestionen estrategias para prevenir casos de homicidios y que se declare una emergencia por la violencia de género. Esto ya se proyectaría para el año que viene. El 2024 ya es caso perdido.
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