El economista y ex codirector del Banco de la República, Salomón Kalmanovitz, afirmó que el presidente Iván Duque unas finanzas públicas críticas, con un alto nivel de endeudamiento y gasto fiscal.
Así lo indicó en una columna publicada en el diario El Espectador, titulada “El corrupto legado de Duque”. Para el también filósofo e historiador, esto causará consecuencias relevantes para la economía colombiana, como que haya un menor cupo de deuda extranjera para Colombia.
Kalmanovitz explicó que Duque deja unas finanzas con un déficit fiscal de $83 billones, lo cual equivale a 6,8% del Producto Interno Bruto (PIB) del país, uno de los más altos en la historia económica de Colombia.
Aunado a eso, la radiografía fiscal actual de Colombia indica que la deuda pública pasó de representar 36% a 57% del PIB entre enero de 2019 y el mismo mes de 2o22. Para el economista, esto obligará al nuevo Gobierno de Gustavo Petro a pagar mayores intereses y a reducir el gasto en sus programas prioritarios.
Por todo esto, el economista señala en su columna que, Gustavo Petro, se verá obligado a paliar los huecos fiscales recurriendo a la tributación de las personas naturales más ricas del país, pues las empresas están sometidas a una tributación asfixiante. Esto, indica, porque, mientras las personas aportan 1,2% del PIB en impuestos, las empresas marcan 5,4 %.
Tal vez lo anterior vaya en línea con el recaudo fiscal que entonces Gustavo Petro pretende meter en su propuesta de reforma tributaria, que presentará en pocas semanas el ya nombrado ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo. Esta busca recaudar de 4 a 5% del PIB adicionales, la más alta en Colombia, pues generalmente las pasadas reformas han aumentado el recaudo en no más de 1,5 % del PIB. En números esta sería de $75 billones; la última del Gobierno Duque fue de $15,2 billones.
Por eso mismo Ocampo ya ha dado algunas pinceladas de lo que será la eventual propuesta de reforma tributaria, pronosticada para el 7 de agosto. El punto clave que hace ver la reforma de Petro, para hacerle frente a los problemas macroeconómicos: alto niveles de deuda, finanzas gastadas y bajo recaudo, es hacer con la tributación una especie de triada. Esto consistiría, según se ha indicado, en poner a tributar más a las personas naturales para, así mismo, bajar los impuestos a las empresas pero, no sin antes, quitar las exenciones fiscales que tienen las compañías.
En este sentido, Ocampo fue enfático en que “sin reducir los beneficios tributarios será imposible cumplir, bajar la tasa de impuestos de las empresas. Y, nuevamente, eso tampoco es posible si no se aumenta la tributación de las personas naturales”.
En otros indicadores Gustavo Petro recibe al país con una inflación de 8% y una tasa de desempleo de 10,6% para mayo y con alrededor de 3,6 millones de personas en situación de pobreza monetaria.
Al gobierno entrante y a su ministro de hacienda, José Antonio Ocampo, les corresponderá encarar una compleja situación de penuria. La Ocde prevé que este año la economía crecerá alrededor del 6%, pero en 2023 el crecimiento apenas llegará al 2 %. Les corresponderá el año entrante hacer una reducción del gasto y al mismo tiempo un fuerte aumento del recaudo tributario con efectos contractivos, cuando lo que se requiere es lo contrario: una política expansiva de gasto público y bajas tasas de interés”, señala Kalmanovitz en la columna.