Durante casi cinco meses, la dinámica del espacio público más visitado de Colombia se detuvo. Las puertas del escenario que permitió la reconexión de los barranquilleros con el río Magdalena se cerraron para mitigar los efectos de la pandemia. Pero a medida que Barranquilla le hacía frente a la crisis sanitaria, y que los ciudadanos comprendían que había que empezar a convivir con el virus, poco a poco el Gran Malecón comenzó a recobrar su vitalidad.
Hoy, abanderando la cultura del autocuidado y el vínculo con la naturaleza de la primera biodiverciudad de Colombia, los ojos del país vuelven a estar sobre este espacio que se ha convertido en un modelo de reactivación económica y social que, desde su reapertura, ha seguido contribuyendo al desarrollo de la Barranquilla Imparable.
Ha sido un regreso gradual, seguro, y, sobre todo, con mucho compromiso de parte de los barranquilleros. Los más de 463.000 visitantes acogidos desde agosto han respetado todas las medidas de autocuidado, incluyendo distanciamiento físico, lavado de manos, uso obligatorio del tapabocas, control de aforo y regulación de las actividades permitidas. Los 50 guías del Gran Malecón, los orientadores de Tránsito y la Policía Metropolitana han sido guardianes de esta labor.
Así, el malecón ha vuelto a ofrecer, de manera gradual, espacios para el esparcimiento de los visitantes a lo largo de sus 2,5 kilómetros, que en los más recientes meses también ha sido plataforma de buenas noticias de mano del presidente Iván Duque y varios miembros del gabinete nacional, tal como lo recordó el secretario de Desarrollo Económico, Ricardo Plata Sarabia: desde la sesión inaugural de la Asamblea del BID hasta la bienvenida al nuevo operador de energía de la región, pasando por la conexión para más de 6.500 visitantes con la nueva Zona WiFi entregada por el Ministerio TIC.
“Nuestro malecón es un escenario de esa ciudad atractiva y próspera que queremos mostrarle al mundo porque lo tiene todo. Con el Puerta de Oro y la Caja de Cristal, seguiremos consolidándonos como destino turístico de eventos y negocios”, agregó Plata Sarabia.
Gastronomía y turismo, ejes de reactivación
A lo largo del Gran Malecón hay una variedad de oferta gastronómica que incluye 8 puntos comerciales, 6 locales en Manglares del Río y las 25 cocinas del Caimán del Río que, en su gran mayoría, son emprendimientos con talento 100% local. Desde el 20 de agosto, cuando comenzaron a reabrir sus puertas al público, han recibido el respaldo de los visitantes.
El consolidado: ventas por más de 1.000 millones de pesos en menos de dos meses.
En el caso específico del Caimán del Río, que a la fecha opera en su totalidad, el mercado gastronómico completa 50.270 visitantes, 19.735 reservas y 890 empleos reactivados, según dio a conocer el gerente, Álvaro Boom.
“Es un sueño hecho realidad no solamente para las cocinas que abrieron sino para Barranquilla y Colombia entera. Fueron meses muy difíciles de incertidumbre, pero el autocuidado, las ganas de salir adelante y el compañerismo prevalecieron. El virus es un rival al que nadie había enfrentado y todos los días nos encontramos con cosas nuevas, pero sin lugar a dudas el Caimán salió más fuerte, con más ganas de servir a la ciudad y demostrar que no bajaremos la guardia”, manifestó Boom.
Además de la gastronomía y la práctica de actividad física, la cultura y el turismo también se han comenzado a reactivar en el Gran Malecón: por una parte, desde este fin de semana la embarcación La Mita retomó sus recorridos a lo largo del Magdalena y, de otra parte, con ‘Escenario al Río’ se reanudó la oferta cultural y deportiva en el teatrino del sector Puerta de Oro.
El común denominador: minuciosos protocolos de bioseguridad para proteger la vida y la salud de los barranquilleros. La Mita regresa con cupos reducidos, señalización en los espacios, uso obligatorio de tapabocas, lavado de manos y desinfección de espacios y chalecos salvavidas; entretanto, el teatrino cuenta con gradas por grupo familiar, además de control de circulación y aforo de cara al escenario.
Estas actividades culturales, deportivas y turísticas son “muy oportunas, ya que se trata de un espacio abierto, con constante circulación del aire natural y lo más valioso es que nos permite estar en contacto con nuestro río”, tal como lo manifestó la secretaria de Cultura, Patrimonio y Turismo, María Teresa Fernández.
La funcionaria reiteró que “la reactivación del sector turismo y su cadena de valor es de vital importancia para la economía de nuestra ciudad. Viendo todo el movimiento que ha tenido el Gran Malecón desde su reapertura, además de estas nuevas actividades que tanta falta le hacían a los barranquilleros, lo comprobamos de nuevo”.