La empresa francesa Casino reveló este lunes su deseo de desprenderse de su filial brasileña Grupo Pao de Açucar (GPA) y la colombiana Éxito, en plenos esfuerzos para reducir su importante deuda y garantizar su sostenibilidad económica.
Esta es una de las medidas anunciadas públicamente el lunes para “reforzar la liquidez” y garantizar una “estructura de capital perenne” del grupo, que cerró 2022 con una deuda de 6.400 millones de euros (6.970 millones de dólares).
Casino, que la semana pasada anunció la venta de su participación del 11,7% en el grupo brasileño Assai por 404 millones de euros (440 millones de dólares), no precisó una fecha precisa para la cesión de GPA y Éxito.
Sus actividades en América Latina representaron una facturación de unos 17.800 millones de euros (unos 19.400 millones de dólares) en 2022, un poco más de la mitad del total del grupo ese año: 33.600 millones de euros (unos 36.600 millones de dólares).
A fines de 2022, la empresa basada en Saint-Étienne (sureste de Francia) contaba con casi 1.000 tiendas en Brasil y más de 2.100 en Colombia, así como 33 en Argentina y 96 en Uruguay. Tres cuartas partes de sus 200.000 empleados trabaja en Sudamérica.
La empresa espera convertir en capital “al menos todas las deudas no garantizadas”, es decir más de 3.000 millones de euros (3.200 millones de dólares). Esto significa que los acreedores que le prestaron este dinero, en lugar de recuperarlo, se convertirán en accionistas del grupo.
El multimillonario checo Daniel Kretinsky, que controla el 10% de las acciones de Casino, propuso a varios acreedores intercambiar hasta un 40% de la deuda por liquidez o acciones, o ambas.
Este empresario y el multimillonario francés Marc Ladreit de Lacharrière defienden una de las ofertas para hacerse con el control del grupo.
Casino también tiene previsto captar 900 millones de euros (980 millones de dólares) “en forma de recursos propios” para “dotar a la empresa de los fondos necesarios para aplicar su estrategia” 2023-2025, indicó en una rueda de prensa.
El Estado francés le acordó un aplazamiento de 300 millones de euros (unos 327 millones de dólares) de cotizaciones sociales y fiscales, y pidió a sus acreedores la suspensión hasta octubre del pago de intereses y vencimientos de deuda.