Los indicadores que miden la desigualdad de ingresos, conocidos como Gini y Palma, han presentado trayectorias diferentes en varias ciudades capitales del país. En Barranquilla, Bucaramanga, Pereira y Cartagena los tiempos en los que la desigualdad se redujo fueron distintos, según lo concluye un estudio de la Universidad del Rosario y Universidad Tecnológica de Bolívar.
“En Barranquilla los indicadores que miden desigualdad de ingresos –Gini y Palma- se han reducido de forma gradual y sostenida hasta el año 2018. Bucaramanga también tuvo un buen ritmo de reducción hasta 2016, llegando a tener el Gini de Uruguay, el país menos desigual de América Latina”, dijo Silvia Otero Bahamón, profesora de la Facultad de Estudios Internacionales, Políticos y Urbanos de la Universidad del Rosario, al presentar los resultados de la investigación.
“Pereira se estancó completamente, pero a partir de 2013 tuvo un descenso aceleradísimo en la desigualdad de ingresos, alcanzando incluso a Bucaramanga. Cartagena es la ciudad analizada con menor éxito: su desigualdad de ingresos fluctúa y por la mayor parte sufre un estancamiento”, explicó la profesora Otero.
Los investigadores del estudio “Ciudades desiguales: Retos y soluciones para las desigualdades urbanas en Colombia y América Latina”, realizaron varios ejercicios analíticos para entender estas tendencias. Identificaron que en tanto la mayor fuente de ingresos de las personas de todas las clases sociales es el trabajo, lo que mejor explica qué pasa con la desigualdad son los ingresos laborales.
En Barranquilla y en Pereira, desde el año 2013, la desigualdad se redujo en gran medida porque los ingresos laborales de los más pobres crecieron a mayores tasas, mientras que los ingresos del 10% más rico se estancaron en el tiempo. En Bucaramanga la tendencia fue un poco distinta porque los más ricos también mejoraron sus ingresos. La diferencia se dio en las extraordinarias tasas de crecimiento de los ingresos laborales de los más pobres hasta el año 2014.
El equipo de investigadores indagó sobre por qué unas ciudades lograron mejorar la distribución del ingreso laboral. Identificaron que en algunas ciudades el crecimiento económico logró jalar a los más pobres al mercado laboral formal e informal, y particularmente a las mujeres de menores ingresos. En otras ciudades, como Cartagena, el vibrante desarrollo económico no atrajo en el mismo nivel a los más pobres, y las tasas de ocupación de las mujeres de menores ingresos aumentaron menos.
Reducción en el número de hijos, educación y mano de obra no calificada
Para Silvia Otero Bahamón, otro aspecto preponderante en explicar las trayectorias diferenciadas es la expansión de la educación, que permitió recortar la brecha salarial de habilidades. Esto quiere decir que con más profesionales, técnicos y tecnólogos en el mercado laboral se redujeron los salarios de este grupo. Al mismo tiempo, la mano de obra no calificada, cada vez más escaza, pudo mejorar sus salarios.
Las transformaciones demográficas, como por ejemplo una reducción en el número de hijos, también permitieron reducir la desigualdad de ingresos en todas las ciudades, indicó la profesora de la Universidad del Rosario.
A pesar de lo que se cree, los ingresos de ayudas provenientes de remesas o de programas como Familias en Acción, no fueron definitivos para reducir la desigualdad de ingresos en las ciudades que más redujeron la desigualdad, es decir en Barranquilla y Bucaramanga. En Cartagena y Pereira las ayudas importaron un poco más, señaló la investigadora.
Finalmente, las pensiones fueron desigualadoras en todas las ciudades, con efectos más pronunciados en Cartagena y Bucaramanga.
Estos hallazgos llevan a los investigadores a mirar con preocupación las tendencias al incremento de la desigualdad de ingresos en marcha, incluso desde antes de que golpeara la pandemia del Covid-19. La desaceleración económica, al tiempo que aumenta la población pensionada y salen las personas más pobres de programas de ayudas, contribuyen a que los ingresos se concentren más en los sectores de ingresos medios o altos.
En la entrega de los resultados de este estudio se lanzó un Tablero de Visualización de Datos, que permitirá a investigadores y hacedores de políticas públicas de 13 ciudades realizar análisis similares a los hechos en esta investigación.