Por: Yasher Bolívar Pérez
La vida de la familia Ruderman, de Venice, EE.UU., cambió por completo tras subastar una pelota de béisbol que su hijo Zachary, de 10 años, atrapó durante el Juego 1 de la Serie Mundial. El objeto correspondía al jonrón de Freddie Freeman, primera base de los Los Angeles Dodgers, y alcanzó un valor de 1,56 millones de dólares en la subasta.
El logro convirtió a la familia en una sensación mediática y les permitió alcanzar una fortuna inesperada. Este evento se suma a la tradición del béisbol como uno de los deportes más seguidos en Estados Unidos, donde su impacto cultural sigue generando historias extraordinarias como esta.