Por: Yasher Bolívar Pérez
La polémica está servida en el fútbol argentino. El debut de Iván Buhajeruk, conocido como “Spreen”, un streamer e influencer de 24 años, generó una ola de críticas y cuestionamientos tras su fugaz aparición en el partido entre Deportivo Riestra y Vélez Sarsfield. Spreen, sin formación profesional en el fútbol ni trayectoria en divisiones inferiores, estuvo en el campo solo un minuto antes de ser sustituido, una maniobra que ha sido calificada como una falta de respeto hacia el deporte y sus jugadores.
En redes sociales y medios especializados, la reacción fue contundente. Jugadores y personalidades del fútbol, incluido el exjugador y presidente de Estudiantes de La Plata, Juan Sebastián Verón, no ocultaron su malestar. “Es un mensaje erróneo y una falta de respeto al fútbol y a los futbolistas”, declaró Verón, reflejando el sentir de una gran parte de la comunidad futbolística.
La Asociación del Fútbol Argentino (AFA) intervino de inmediato, anunciando la apertura de una investigación para determinar si esta acción, considerada una maniobra de marketing de Riestra, vulnera la integridad del deporte en el país. El tribunal de ética de la AFA examinará si el club incurrió en “conductas susceptibles de perjudicar la reputación e integridad del fútbol argentino”.
Además, surgieron sospechas sobre la posible influencia de las apuestas deportivas en este episodio, ya que varias casas de apuestas online destacaron una jugada especial sobre la titularidad de Spreen. La Fiscalía Especializada en Juegos de Azar (FEJA) de Buenos Aires también ha iniciado una investigación para descartar cualquier posible intento de manipulación de apuestas.
El club Riestra, por su parte, ofreció disculpas mediante un comunicado, alegando que la intención de la iniciativa era “atraer nuevas audiencias al fútbol” y “crear puentes entre diferentes plataformas”. Sin embargo, las críticas continúan resonando en un país donde el fútbol es considerado sagrado. La medida ha sido vista por muchos como un intento desesperado por atraer atención sin respetar la esencia y seriedad del deporte.