Por: Yasher Bolívar Pérez
Lonzo Ball ha protagonizado una de las historias más impresionantes del deporte al reaparecer en la cancha después de 1.006 días de baja, tras tres operaciones en su rodilla izquierda que incluyeron un trasplante de menisco y cartílago. El base de los Chicago Bulls volvió a jugar en la victoria de su equipo ante los Minnesota Timberwolves (125-123), una hazaña sin precedentes en el mundo del deporte de élite.
Desde su última aparición el 14 de enero de 2022, Ball enfrentó un proceso de recuperación que parecía interminable. A pesar de los pronósticos negativos, el jugador regresó con fuerza, anotando 10 puntos en 15 minutos, sin resentirse de su lesión. El United Center se puso en pie para ovacionarlo cuando su entrenador, Billy Donovan, lo introdujo en el partido, un momento que Lonzo describió como inolvidable.
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Ball reflexionó sobre su largo proceso de recuperación, admitiendo que su cuerpo no es el mismo, pero que aún se siente capaz de ser efectivo en la cancha. Su regreso marca un hito en la medicina deportiva, ya que ningún otro deportista de élite ha logrado recuperarse de una lesión tan grave. “Seré el primero”, afirmó.