El delantero colombiano de River Plate, Miguel Ángel Borja, quien fue denunciado ante la Comisaría de la Mujer y la Familia de La Unión (Ezeiza) por presunto maltrato a sus hijos habría instaurado una demanda por falsa denuncia en contra del Instituto Grilli, donde estos cursan estudios y cuya directora fue la encargada de exponer el caso ante la UFIJ N°3 de Ezeiza.
El martes, Borja, quien tuvo día libre en River, fue entrevistado por el servicio Local y Niñez junto con su esposa y sus dos hijos Samuel (10 años) y Joel (7 años) y al no haber señales de violencia física en los niños regresaron con sus padres a su casa, ubicada en el barrio Terralagos.
El caso, sin embargo, sigue en investigación por parte de la fiscal María Lorena González, que le hará un seguimiento y, probablemente, más adelante cite de nuevo a los implicados.
La denuncia en contra de Borja tuvo como base el relato que el hijo menor del futbolista (Joel) dio a su maestra de segundo grado a quien le dijo que sufría de violencia física.
Según la denuncia le habría contado que “cuando se portaban mal tanto él como su hermano Samuel, sus padres les pegaban con cinturones en las piernas”.
También reveló que “el niño estaba muy angustiado ya que, durante la primera hora de clase, su maestra le llamó la atención por su comportamiento” y que ahí “rompió en llanto” al revelar que no quería que llamaran a su padre por los supuestos actos que ocurrían en el hogar.
En su testimonio, Joel aseguró que estas situaciones eran “recurrentes”.
En el formulario de denuncia también quedó registrado que la vicedirectora habría visto este martes al hijo menor del delantero “con una raspadura en la zona de arriba de la rodilla”, sin identificar cuál de las dos era.