Por Guillermo Luis Nieto Molina
Autor del libro “La vida es un cuento para vivir”
El abuelo Francisco José Molina Coronell tenía un burro que se llamaba ” media vuelta” después de muchos años he concluido que era un burro “inteligente ” sólo transportaba sobre sus lomos a sus amos, mi abuelo o mi abuela.
Cuando nosotros lo montamos; al salir del portón se echaba, y no había poder humano ni animal que lo levantara, le asusabamos los perros y el se ajilaba a lo largo y ancho con el sillón encima.
Se levantaba cuando el abuelo en tono enérgico le decía ” media vuelta levántate”.
Media vuelta no se dejaba bañar por ninguno de los nietos de Francisco José Molina Coronell .
Si no era el abuelo, o la abuela, les tiraba unos mordiscos y corcoveaba al primer totumazo de agua.
Pienso que en ese burro en sus vidas pasadas,alguien odiaba a los niños y re-encarnó en media vuelta.
Una mañana de octubre en Fraydomingo ya estaba media vuelta cargado con patillas,quesos,huevos, suero, papayas, y naranjas; de la huerta del abuelo; al momento de salir, cuando el abuelo se prestaba a subirlo, la vaca sacrificio bramó en el corral.
Dijo el abuelo:
- -No voy a poder viajar a Puerto Colombia ese bramido es de angustia, algo pasa con el parto de sacrificio voy a mirar ya vengo!.
Aproveché el descuido, quise montarlo, pensé que cargado no se resistía. Casi que vota la carga brincó y me sacudió caí al suelo como una piedra, la carga se mantuvo igual, no sé qué movimiento realizó, ni los huevos se maltrataron. Las patillas no se partieron de verdad quedé impresionado.
Como se impresionó mi abuelo cuando se enteró,que el burro lo delató descubriendo el secreto que mantenían entre ellos.
El abuelo como buen poeta a cinco leguas del rancho tenía su novia con la que muchas noches de ida o regreso de Puerto Colombia compartía su amor y sus poemas, la dama vivía sola, en un rancho muy similar al rancho de nosotros en su estructura, la cocina igual las habitaciones, y hasta las gallinas y los perros del rancho parecían réplicas del rancho nuestro.
La abuela María de Jesús Consuegra, después de organizar una pequeña carga para viajar a Juan de Acosta el pueblo de nuestros familiares;subió a media vuelta y emprendió su viaje.
Media vuelta, se conocía el camino no había necesidad de ordenarle con las riendas por donde coger.
Al llegar a la revuelta del arroyo de salinas del Rey, el burro siguió derecho y apuró el paso.
El mismo paso que utilizaba cuando se aproximaba al rancho, o a la casa en Juan de Acosta, la abuela lo dejó seguir. Sin detenerlo.
Rebuznó al entrar por un falsete desde donde se divisaba el rancho casi idéntico al rancho de Fraydomingo.
Los perros no ladraron, al contrario, recibían alegres a media vuelta y a su jinete.
La abuela pensó ” esta cría de gallinas es igualita a los pollos de la gallina jabada pescuezo pelado. Los perros parecen hijos de malicia, quien vivirá aquí? ” se preguntó.
La respuesta fue inmediata del cuarto del rancho de bahareque salió una mujer desnuda que decía en tono coqueto y caminar sensual: “Franco estaba esperándote mi Rey “
Al principio la abuela no pudo distinguir de quien se trataba, la desnudez la mostró diferente. Llegando a Juan de Acosta sin aflojar la rienda de media vuelta; fue que entendió que la mujer desnuda era la que visitaba el rancho de mañanita buscando leche queso y huevos. Recordó que el abuelo siempre le daba,de más y le regalaba en algunas ocasiones gallinas culecas con huevos y hasta perritos hijos de malicia con la perra princesa. Siempre el abuelo decía ” hay que ayudar a la pobre viuda, al marido se lo comió el tigre,ella corre peligro, cualquier momento el tigre llega a comérsela”
Dándole un latigazo con la cabulla a media vuelta; gritó con rabia la abuela:
— Sería el tigre de dos patas el que llegaba a comerse a esa viuda bandida!, y tu pedazo de burro flojo, eras su cómplice!