El actor mexicano Enrique Rocha murió este domingo, a los 81 años de edad, sin que trascendieran otros detalles acerca de su fallecimiento. “Se despide uno de los Grandes Actores de México, se apaga una Voz inolvidable”, lo despidió la red Televisa, que ponderó la fructífera carrera del artista como villano de telenovelas.
Su característica voz gruesa y oscura, así como su personalidad misteriosa, lo que lo convirtió una y otra vez en el villano más recordado y querido de la televisión.
Enrique Miguel Rocha Ruiz, cuyo motivo de fallecimiento se desconoce hasta el momento, había nacido en el céntrico estado de Guanajuato el 5 de enero de 1940. Llegó a la Ciudad de México a muy corta edad y allí cursó sus estudios desde la primaria hasta la licenciatura en Arquitectura en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Lo que Rocha nunca se había imaginado era que su destino estaba en la actuación. Sin poner mucho empeño en los estudios y sí en “vivir la vida”, un día se encontró por equivocación con una oportunidad que le cambiaría la vida y por la que pasaría de la arquitectura a los escenarios.
Actor por error
Asiduo a las fiestas y al billar, un día, invitado por un amigo, Enrique Rocha llegó al ensayo de Despertar de la primavera, una obra de teatro que estaba siendo dirigida por Juan José Gurrola.
Como Juan Ibáñez (director de Los Caifanes, de 1967), uno de los integrantes del elenco, no estaba en el ensayo, Gurrola invitó a Rocha a subir al escenario a decir su parte.
Cuando terminó su participación, el director se interesó en su particular voz y apariencia y lo invitó a ser parte de la obra; así fue como comenzó su prolífica carrera como actor, principalmente en teatro. Poco después, invitado por el director español Alvaro Custodio y con tan solo 21 años, una de las obras más importantes que llevó a cabo fue Hamlet.
A partir de entonces, las puertas de la televisión se le abrieron de par en par y junto a Julissa y Fanny Cano fue uno de los personajes más importantes de la telenovela La mentira (1965), luego de que el productor Fernando Alonso lo contactara para formar parte del elenco.
Luego le llegó la propuesta del director y productor Julio Bracho, quien quería que interpretara a Jesucristo en la película El proceso de Cristo (1966).
Su carrera iba en un ascenso innegable, después de su trabajo en teatro experimental y con tan corta edad haber tenido la oportunidad de interpretar personajes tan demandados como Hamlet y Cristo, por lo que las oportunidades en vez de parar, continuaron.
Rocha recordaba sus inicios prolíficos cuando el mismo Juan Ibáñez lo considero para hacer Los bien amados (1965) en Nueva York o su trabajo con el director Arturo Ripstein en Tiempo de morir (1966), un guión de Gabriel García Marquez.
Una vida de villano
Su trayectoria como villano se limitó en su mayoría a las telenovelas, según él mismo aseguró en algunas ocasiones; nunca tuvo papeles antagónicos en el teatro.
Sin embargo, es para muchos uno de los villanos más icónicos que tiene la televisión mexicana, entre sus personajes más recordados se encuentran Lucio, un agente del diablo en la telenovela infantil Serafín (1999), Eladio Gómez Luna en Pasión y poder (1988), que fue por Canal 9 en la Argentina, o como Nicolás Obregón en El privilegio de amar (1998), transmitida por Telefe.
A su carrera la enmarcan más de 80 títulos de producciones audiovisuales, y uno de sus más recientes trabajos fue en la versión animada de Disney El libro de la selva (2016) donde prestó su inconfundible voz a la pantera Bagheera o la telenovela Silvia frente ti (2019) basada en la vida de la actriz Silvia Pinal.
El actor también fue conocido por los muchos romances que mantuvo. Se casó muy joven, a los 21 años de edad con Marlene Serrallés, pero su matrimonio duró muy poco. De su segundo matrimonio, con Patricia Campos, nació su único hijo, aunque dicha relación tampoco llegó a perdurar.