En un comunicado emitido por la Casa de Nariño, el presidente Iván Duque desmintió versiones de prensa que señalan que se habría reunido en Miami, Estados Unidos, el 10 de febrero de 2018, con Antonio Intriago, uno de los supuestos cerebros del magnicidio del presidente de Haití Jovenel Moise el pasado 7 de julio.
Intriago, de nacionalidad venezolano, es el gerente de CTU Security, la compañía que es señalada de haber reclutado a los exmilitares colombianos capturados en Haití tras el asesinato del presidente Moise.
Se le relacionó con el presidente Duque por una fotografía que se tomó cuando era candidato presidencial.
La firma CTU de Intriago está registrada formalmente con el nombre de Counter Terrorist Unit Federal Academy LLC, y fue incorporada en Florida en 2019 bajo el nombre del empresario.
En el comunicado, la presidencia colombiana hace las siguientes precisiones:
la Presidencia de la República se permite informar a la opinión pública que:
- El entonces candidato a la Presidencia, Iván Duque Márquez, no sostuvo ninguna reunión ni tiene vínculo alguno con el señor Antonio Intriago.
- El día sábado 10 de febrero de 2018, el entonces candidato a la Presidencia, Iván Duque Márquez, se encontraba en un evento público de campaña en la ciudad de Miami, Florida, al que acudieron más de 1.200 personas.
- En el acercamiento propio de un evento público de campaña, el entonces candidato accedió a saludar y tomarse fotografías con algunos de los asistentes. Fin del comunicado.
La firma CTU de Intriago está registrada formalmente con el nombre de Counter Terrorist Unit Federal Academy LLC, y fue incorporada en Florida en 2019 bajo el nombre del empresario, y ha presentado informes anuales en los dos años sucesivos. Enumera a un miembro del directorio llamado Arcangel Pretel Ortiz, que había dirigido una firma de seguridad propia, ahora desaparecida, llamada Taktical Consulting Corp, reseña el diario Nuevo Herald de Miami.
Los registros de licencias de Florida muestran que Intriago, el representante de CTU Security, está autorizado por el estado para brindar servicios de seguridad y portar un arma de fuego. Tiene poco rastro adicional en los registros públicos, excepto por una orden de prohibición presentada en su contra en el 2011 y varias quejas y órdenes de desalojo presentadas por propietarios de los edificios donde su empresas habían estado operando en el pasado, según detalla el periódico estadounidense.
“Como representante de grandes e importantes fabricantes de dispositivos de seguridad y protección en todo el mundo, nuestro objetivo es ofrecer productos y servicios personalizados de primera clase a las fuerzas del orden y las unidades militares, así como a los clientes industriales”, dice la compañía en su sección Acerca de nosotros, agrega el diario.
También precisa que «conocido en algunos sectores del exilio venezolano en el sur de Florida, Intriago solía jactarse con frecuencia sobre su experiencia policial en el país sudamericano. A veces, dijo alguien que afirmó conocerlo pero que declinó ser identificado en la historia, Intriago afirmaba tener conexiones o haber trabajado directamente para las agencias federales estadounidenses».
En otras ocasiones, subraya la nota periodistica, Intriago se presentaba como un mercenario a sueldo, o ser un coordinador de fuerzas especiales, pero la mayoría de la gente no se tomaba esas afirmaciones en serio.
Añade que la fuente, que exigió el anonimato para hablar con libertad, dijo que Intriago también es conocido por proporcionar armas de fuego, repuestos para armas de fuego y equipo militar y policial como chalecos antibalas.
Igualmente el Herald indica que varias fuentes en Haití, que solicitaron el anonimato por su seguridad, le confirmaron que los detenidos en Haití dijeron que fueron contratados por CTU, y varios de los hombres indicaron que habían estado en Haití durante al menos tres meses, algunos de ellos por más tiempo. No está claro si sabían o creían que los líderes de la CTU estaban al tanto del complot de asesinato, puntualiza el diario.
Los hombres fueron contratados para proporcionar seguridad a personas importantes, dijo una fuente en Haití, y se les pagaba alrededor de $3,000 al mes. Los dos haitiano-estadounidenses, que en ese momento fueron identificados como James Solages, de 35 años, y Vincent Joseph, de 55, le dijeron a un juez que fueron contratados como traductores, pero no revelaron quién los empleó, dijo el juez Clément Noël al Miami Herald.
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D.A.