La Conferencia Episcopal de Colombia se suma al llamado que diversos sectores
sociales han hecho a los promotores del paro nacional, para que suspendan las marchas y concentraciones programadas para mañana 28 de abril, que, en este momento crítico a causa de la pandemia, representan un gravísimo riesgo para la vida y la salud de todas las personas.
La Conferencia Episcopal reconoce la complejidad de la situación actual y reitera
que la protesta social pacífica es un legítimo derecho, que históricamente se ha ejercido de múltiples formas. No obstante, ante la situación que afrontamos y los perjuicios que pueden derivarse para la salud pública, lo más recomendable es no recurrir a las marchas y concentraciones presenciales; no se trata se postergar la expresión de las necesidades y aspiraciones, sino de encaminarlas por medios acordes con las urgencias que la pandemia nos impone. Prima el derecho fundamental a la vida y es necesario anteponer el deber de cuidar la salud de todos.
La Conferencia Episcopal, haciendo eco una vez más de las palabras del Papa Francisco, llama al pueblo colombiano a la defensa de la vida, a la reconciliación y a la
unidad para superar la pandemia del Covid-19 y las demás “pandemias sociales”, y seguir “construyendo juntos un país que sea patria y casa para todos”.