Estos hechos ocurrieron entre noviembre de 2007 y noviembre de 2008 cuando el General Mario Montoya Uribe se desempeñó como comandante del Ejército Nacional, se refieren los hechos al asesinato de civiles para reportarlos por algunos integrantes del Ejército Nacional como resultados operacionales exitosos, conocidos por la opinión pública como “falsos positivos o ejecuciones extrajudiciales”
Ante las denuncias presentadas contra Montoya el 06 de junio de 2007 el Ministro de Defensa emitió la Directiva, una “reiteración de obligaciones para que las autoridades encargadas de hacer cumplir la ley evitaran los homicidios en persona protegida”, mediante la cual fue creado del comité de seguimiento a denuncias sobre casos de presuntos homicidios en persona protegida.
El 20 de noviembre de 2007 el Comandante General de las Fuerzas Militares emitió la Directiva 300-28 en la que ordenó a todas sus unidades subalternas, incluyendo el Ejército Nacional, privilegiar como medición de los resultados operacionales las desmovilizaciones colectivas e individuales sobre las capturas y estas sobre las muertes en combate, es decir, ordenó cambiar las prioridades operacionales.
Pero el entonces general del Ejército Mario Montoya Uribe desobedeció estas órdenes y siguió evaluando a los Comandantes de todos los niveles del mando por la cantidad de muertes en combate reportadas.
Además, Mario Montoya, según la imputación que le hará la Fiscalía por falsos positivos, destruyó material de prueba.
Desde que Mario Montoya llegó a la Comandancia del Ejército ordenó que debían ser exaltados con permisos, condecoraciones, viajes y felicitaciones a los oficiales, suboficiales y soldados que cumplían con la cantidad de muertos en combate por él exigidos. Según la Circular No. 62162 para que un oficial recibiera el reconocimiento de la Condecoración de Servicios Distinguidos en Orden Público, debía cumplir con una cuota de muertos en combate.
Mediante órdenes de fechas 3, 14, 15, 16 y 24 de abril de 2008, el General Montoya ordenó destruir estas directivas donde pedía muertos en combate que resultaron ser campesinos presentados como guerrilleros.
La orden de destruir material probatorio fue replicada, por lo menos, por los comandantes de las Divisiones Segunda y Séptima, de las Brigadas 11, 14, 30 y móvil 15.
Los oficiales que no reportaban la cantidad de muertes en combate esperadas, sin importar el grado o el cargo, eran puestos en escarnio ante todo el Ejército durante los programas radiales, Montoya impartía instrucciones para que los relevaran del mando, no les dieran permisos especiales o cursos, los calificaran en listas inferiores respecto a quienes si cumplían con la cantidad de muertes en combate que exigía.
Recordemos que Mario Montoya está acogido ante la JEP pero eso no impide que la Fiscalía le impute cargos por falsos positivos.