Decisiones a espaldas de EPM estarían entre los 33 hallazgos de la auditoría, con los cuales buscaban disminuir especificaciones técnicas, donde además habría una carta con la que se aceptaron variaciones importantes para el proyecto.
Acorde al informe de auditoría forense sobre Hidroituango que Jahv McGregor le entregó en diciembre de 2020, a Álvaro Guillermo Rendón, quien entonces era gerente de EPM.
El documento tiene 769 páginas y 33 hallazgos que le dicen a EPM quiénes fueron los presuntos responsables de distintas irregularidades. Se trata del mismo informe que la actual junta directiva de EPM dice que le ocultaron y por el cual, el exalcalde Omar Flórez se negó a asistir al comité de seguimiento del proyecto Hidroituango .
El estudio en profundidad solicitado en aquel entonces, según denuncias presentadas en el Concejo de Medellín, habría sido “engavetado” y ocultado a la opinión pública. A la firma JAHV McGregor, contratada para hacer las pesquisas, le habrían solicitado que el documento final debería presentarse en físico y en total confidencialidad. Así lo reveló la concejal de Medellín María Paulina Aguinaga, quien confirmó en SEMANA que el informe contiene 33 hallazgos en total, varios de ellos catalogados como “graves”, relacionados con la contingencia del proyecto hidroeléctrico Ituango.
El hallazgo número dos indica que no se siguieron las recomendaciones sobre el plan de aceleración de una junta de asesores que recomendó mantener los diseños originales del proyecto y, en su lugar, se aceptó la construcción del tercer túnel de desviación auxiliar (que fue el que colapsó) y que se suspendieran las obras en las compuertas de desviación de los túneles principales.
Dentro de la lista de presuntos responsables está el entonces subgerente de Desarrollo de Proyectos de EPM. Fue él quien envió en agosto de 2013 una carta al consorcio CCC donde dice que es “imperativo” iniciar las obras de desviación del Río Cauca en septiembre de 2013, lo que implica, según la auditoría, que “tácitamente” se aceptaron los condicionamientos de los constructores.
Según el informe, el 30 de julio de 2015, hubo una mesa de trabajo entre los contratistas del proyecto (los constructores, los asesores y los interventores), donde tomaron la decisión de disminuir las especificaciones técnicas en los diseños originales en la instalación de la losa de piso del túnel auxiliar, es decir, que ya no se iba a instalar esa losa en todo el túnel sino solo en algunas áreas y esa decisión se tomó en ausencia de EPM.
Por otro lado, McGregor recopila en su informe las advertencias que venía haciendo la interventoría del proyecto desde 2016, sobre deficiencias en la construcción del túnel de desviación auxiliar e, incluso, sobre desprendimientos de roca, en especial en el sector dos, que fue el que se derrumbó.
Además, hubo deficiencias en la aplicación del concreto, no se pusieron a tiempo los soportes de algunos sectores del túnel y se instaló concreto sin haber puesto la cantidad de pernos recomendados.