Varios organismos de emergencia han alertado que en el país apenas está iniciando la temporada invernal.
Esta podría venir acompañada de lo que se conoce como el fenómeno de La Niña, es decir, en algunas zonas del país las lluvias aumentarían hasta en un 80 % y se extenderían incluso hasta enero de 2022.
Por eso, las alcaldías y gobernaciones de varias regiones han prendido las alarmas debido a que, aun sin estar oficialmente en temporada, las precipitaciones vienen dejando estragos desde julio pasado.
De acuerdo con la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo, solo en agosto las lluvias afectaron 161 municipios de 26 departamentos del país, en los que se reportaron 221 eventos relacionados con las lluvias, siendo Norte de Santander, Cundinamarca, Antioquia, Córdoba, Sucre, Bolívar y Tolima los departamentos más afectados.
Por cuenta de las fuertes lluvias, el gobernador de Sucre, Héctor Olimpo Espinosa, dio un parte sobre la situación que se vive en La Mojana, conformada por 11 municipios de ese departamento.
“Se han venido invirtiendo muchos millones de pesos en mitigación, pero hemos estado atendiendo lo urgente y no lo importante para resolver el tema de raíz. Señores, no más, debemos dar una solución definitiva para La Mojana”, exigió el mandatario.
En esa subregión la situación se ha tornado tan delicada que este miércoles se adelantará una reunión con los gobernadores de Bolívar, Sucre y Antioquia, con el fin de trazar una hoja de ruta que pueda dar una solución.
La situación es tan crítica, que precisamente se espera que este miércoles se adelante una reunión en Presidencia con los gobernadores de Sucre, Bolívar y Antioquia -departamentos de La Mojana- para trazar la hoja de ruta con soluciones estructurales que permita solucionar el problema en la zona.
Por su parte, en Santander, las fuertes lluvias que se presentaron la noche del 30 de agosto afectaron la movilidad en la vía nacional que comunica a Bucaramanga con Bogotá.
Y si por Bucaramanga llueve, por Santa Marta no escampa.
En esa ciudad más de 50 barrios resultaron afectados tras las fuertes lluvias tanto en la parte alta de la Sierra Nevada de Santa Marta como en el casco urbano, lo que obligó a la Gobernación de Magdalena declarar la calamidad pública en el departamento.